Pese a llevar el apellido de una de las familias más poderosas de España, Carlos vive en la ruina. Nació fruto de una relación extramatrimonial de Ernesto Koplowitz y una mujer a la que conoció en Venezuela. Lleva toda la vida luchando por sus derechos como hijo ilegítimo.
No fue hasta 2013, tras una batalla interminable en los juzgados, cuando Carlos Koplowitz fue reconocido como quinto hijo biológico del magnate de la construcción, que falleció en 1962.
Según la versión de Carlos, las hermanas Esther y Alicia Koplowitz dejaron de dirigirle la palabra en el año 2000, cuando decidió llevar su caso por la vía legal.
Desde Suiza -donde reside-, persigue su gran sueño: que un juez le conceda parte de la herencia millonaria que le corresponde de su progenitor. Primero comenzó su instancia en España. Después elevó la demanda ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo junto a su abogado Fernando Osuna para reclamar lo que, tal y como él defiende, le pertenece. Ahora, y tras ser rechazada, Carlos se encuentra a la espera de una respuesta de Naciones Unidas. "Son 36 años de lucha en los tribunales y todavía no ha terminado", avanza Carlos a la web de Informativos Telecinco.
Mientras, tal y como ha conocido este medio, desde el pasado 9 de septiembre hasta este 13 de septiembre -y con intención de alargarlo hasta el próximo mes de enero-, entre las 10:00 a 12:00 y de 15:00 a 17:00 horas, Carlos está saliendo a las calles de Madrid para defender sus derechos y hacerse oír. Para que exista "ética y humanidad" y consiga esa "dignidad y respeto" que tanto ansía.
"Estoy manifestándome yo solo de forma pacífica por los derechos de los hijos nacidos fuera del matrimonio y por los de esas madres", aclara a este portal.
Es conocedor del sacrificio que significan estas manifestaciones, pero también quiere "dar espacio al niño que vive en mí, aquel niño que, a los nueve meses, no tenía derecho a nada, mientras mis hermanos recibían lo que les correspondía".
¿Cómo fue tu relación con Esther y Alicia antes de llevar tu caso a los tribunales?
Mi madre y yo no tuvimos nada de la herencia, entonces estuve siempre en contacto con mis hermanas y con mi hermano. Hablábamos por carta, nos ayudaron económicamente, gracias a ellos pude estudiar en Suiza... Pero ya en el año 2000, cuando quise ser reconocido como hijo, dejaron de hablarme. Traté de arreglar el tema de manera amistosa, pero no fue posible.
¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ellas?
En 1999.
¿Y no habéis mantenido una conversación desde entonces?
No, desde que interpuse la demanda en el año 2000, mis hermanas decidieron cortar toda relación conmigo porque para ellas era doloroso. También porque los abogados les impiden completamente entrar en contacto conmigo. Y porque pasan completamente de mí. Yo no existo en el horizonte de sus vidas, pero en absoluto. Y a pesar de todo, yo a ellas las quiero, porque son mi familia, y mi padre seguro que hubiera querido que nos lleváramos bien y que yo también tuviera derecho a recibir lo que es mío. Es una situación bastante dolorosa.
Ahora tu objetivo es conseguir parte de la herencia.
Que quede claro que yo no quiero ni un céntimo del dinero que viene de la fortuna de mis hermanas ni de mi hermano, que él ahora está con la ayuda social. Yo pido poder recibir lo que mis cuatro hermanos recibieron también de mi padre y yo no. Quiero la parte que me corresponde de lo que le pertenecía a mi padre, que tenía muchísimo dinero. Pero para eso se necesita diálogo.
Otro punto interesante es que somos familia, aunque ellas no quieran admitirlo y pasen completamente de mí. Mi padre, con la mentalidad y las ideas que tenía, hubiera querido que sus hijos pudieran hablarse y entenderse. Entonces lo que también sueño es conseguir un poco de ética y humanidad.
¿Cuánto dinero pides?
No sé lo que me corresponde, pero se ha dicho que 400 millones de la pesetas de la época para cada uno, entonces hay que ver cuánto sería ahora y analizar lo que me tocaría, que no es fácil.
¿En qué situación económica te encuentras?
Yo estoy en una situación de precariedad absoluta. Me defiendo porque soy un chico que lucho, con estudios, con experiencia profesional. Pero he tenido un montón de problemas en mi vida privada. He tenido que dar mucho dinero porque me han querido quitar a mi hija. Incluso perdí mi posición profesional -especialista de Recursos Humanos-. Pero fui absuelto del problema que me habían acusado y pude recuperar a mi hija. Sin embargo, después de todo, estoy en una situación de precariedad. Me da para comer, dormir, y algunas cosas más gracias a que ahora estoy dando clases de tenis.
Son ya casi cuatro décadas de lucha por un derecho que proviene de Ernesto Koplowitz. Después de un camino tan largo, Carlos quiere lograr un "gesto de humanidad por parte de mis hermanas" y que, al igual que ellas, pueda disfrutar de la jugosa herencia que dejó su padre.
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