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Marius Borg Høiby, hijo de la princesa Mette-Marit de Noruega, fue detenido en su país por agresión física y material en un incidente ocurrido el pasado fin de semana en Oslo. La noticia se hacía pública el pasado miércoles 7 de agosto y, desde entonces, todos los medios buscaban la reacción de su madre, la princesa Mette-Marit.
La Casa Real noruega no quiso pronunciarse sobre el incidente, aunque sí lo hacía el príncipe heredero Haakon desde París, donde asiste a los Juegos Olímpicos. “Cuando la policía está involucrada, se trata de un caso grave. Pero no creo que sea correcto que me entrometa en el caso”, expresaba Haakon cuando visitaba a la delegación noruega en los Juegos. Además, Haakon declinó pronunciarse sobre la reacción de su mujer.
Sin embargo y pasados los días, la princesa Mette-Marit de Noruega ha reaparecido. La ocasión escogida para volver al foco público ha sido en los Juegos Olímpico de París.
La princesa de Noruega ha acudido junto a su marido al Stade de France para animar a los atletas noruegos. Sonriente y animada, Mette-Marit observaba el espectáculo deportivo desde la grada.
Ajena a cualquier tipo de polémica, la princesa de Noruega cumplía con agenda real y asistía a los Juegos Olímpicos de París para mostrar su apoyo incondicional a la selección de Noruega.
La detención del hijo de Mette-Marti ocurrió el domingo 4 de agosto cuando varios agentes de policía acudieron por la mañana a un piso en el barrio de Frogner tras recibir un aviso por un episodio violento durante la madrugada y por el que fue detenido y liberado al día siguiente un joven “en la veintena”.
“Puesto que varios medios han difundido que se trata de Marius Borg Høiby, la policía confirma que es Høiby el que está imputado en el caso. Los cargos incluyen por el momento daño físico y material. Hay una relación entre el imputado y la agraviada”, consta en un comunicado. La víctima tuvo que recibir atención hospitalaria, aunque la policía no tiene información de si sufrió “daños graves”.
Tras ser puesto en libertad, Borg Høiby se trasladó temporalmente con su madre al palacio de Skaugum, residencia de los príncipes, según varios tabloides noruegos.
El joven, de 27 años, es fruto de una relación anterior de Mette-Marit y no forma parte de la familia real ni tiene compromisos oficiales, aunque acude a algunas celebraciones como los cumpleaños de sus hermanastros.
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