Felipe VI ascendió al trono de España el 19 de junio de 2014, tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I. Su reinado comenzó sumido en una serie de desafíos económicos, y en un contexto de críticas a la monarquía que clamaban por la modernización de la institución, además de reclamar mayor transparencia. En los últimos diez años, Felipe VI ha lidia con este trasfondo político, social y económico tan complejo, tratando siempre de mantener la relevancia y la integridad de la monarquía en la España del siglo XXI.
Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia nació el 30 de enero de 1968, siendo el tercer hijo y único varón de Juan Carlos I y la Reina Sofía. Sus primeros años se caracterizaron por una combinación de formación militar y académica, pensada para prepararlo para su futuro rol como monarca. Felipe estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y obtuvo un Máster en Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown.
Su coronación fue notablemente austera, siendo un fiel reflejo de las dificultades económicas a las que España se enfrentaba en ese momento. A diferencia de las ceremonias reales tradicionales, la proclamación de Felipe fue un acto sobrio, simbolizando un cambio hacia una monarquía más modesta y accesible.
Uno de los momentos definitorios del reinado de Felipe VI fue el referéndum de independencia de Cataluña en 2017, que llevó a una significativa crisis constitucional a casi todos los nivele. El Rey adoptó una postura firme contra la declaración unilateral de independencia por parte de Cataluña, enfatizando la importancia de la unidad y el estado de derecho en España. Su discurso a la nación durante este período fue un momento clave, reafirmando su compromiso con el orden constitucional español.
Además, desde el primer día en el trono, Felipe VI ha sido un fuerte defensor de la transparencia y la modernización dentro de la Casa Real. Al comienzo de su reinado, implementó una serie de medidas para aumentar la transparencia en las finanzas y actividades reales, un movimiento destinado a tratar de restaurar la confianza pública en la monarquía tras los escándalos que habían empañado los últimos años de su padre como Rey.
Tampoco podemos olvidar que Felipe VI también estaba al frente del país con la pandemia de COVID-19. Esto planteó desafíos sin precedentes a nivel global, y por supuesto España no fue la excepción. Felipe VI jugó un papel simbólico durante esta crisis, apoyando los esfuerzos nacionales y rindiendo homenaje a las víctimas y trabajadores de primera línea. Su liderazgo durante este período subrayó el papel de la monarquía en la unidad y la resiliencia nacional.
Felipe VI también ha estado involucrado en varios procesos políticos, incluyendo la tarea intrincada de facilitar la formación de gobierno en el panorama político fragmentado de España. Su papel es mayormente ceremonial, pero ha sido crucial durante períodos de estancamiento político, como las elecciones generales de 2016 y 2023, donde sus interacciones con los líderes de los partidos fueron esenciales en los intentos de formar gobiernos estables .
La vida personal de Felipe, especialmente su matrimonio con la Reina Letizia, una ex periodista, ha sido seguida de cerca por el público desde antes de su ascenso al trono, ya que se casaron en mayo de 2004. Han tenido dos hijas, la Princesa Leonor, heredera presuntiva, y la Infanta Sofía. La imagen relativamente sencilla de la familia real ha sido una estrategia deliberada para alinear la monarquía con la vida cotidiana de los españoles.
La opinión pública sobre Felipe VI ha sido generalmente positiva durante los últimos años, aunque no esté exenta de desafíos y suspicacias, como cuando se vio implicado en la polémica por los negocios de Juan Carlos I, rey emérito en el año 2020. El ahora monarca ante esta situación decidió no solo renunciar a la herencia monetaria de su padre, sino también retirarle a este su asignación pública. Una encuesta realizada en ese año 2020 indicó índices de aprobación moderadamente altos, reflejando un apoyo cauteloso pero constante a sus esfuerzos por modernizar la monarquía y guiar a España.
Ahora que se cumplen diez años en el trono, Felipe VI sigue enfrentándose a desafíos y oportunidades para el país. Uno de ellos implica a su hija, la Princesa Leonor, que se está preparando para el liderazgo futuro, como símbolo de la continuidad y el futuro de la monarquía española. Durante los próximos años probablemente veremos más esfuerzos para seguir modernizando la institución real y reforzar su papel en el marco democrático de España.
El reinado de Felipe VI durante una década ha sido un período de significativa transformación y compromiso firme con la defensa de los valores constitucionales de España. Su liderazgo continúa moldeando el papel de la monarquía en una España moderna y democrática, navegando por crisis y fomentando la unidad nacional.