España, hace 30 años: más broncas entre políticos mientras Jordi Pujol se hacía clave para la estabilidad

Hace 30 años, en Informativos Telecinco les contábamos que en el mundo de la política seguían reinando las broncas, las acusaciones y descalificaciones. Hay cosas que no han cambiado tanto. Entonces también se hablaba de mociones de censura y, en un escenario que a más de uno le sonará, Jordi Pujol, desde Cataluña, empezaba a convertirse en la llave de la estabilidad.

“No eternice lo que es inviable”, le decía ayer Alberto Núñez Feijóo al presidente Pedro Sánchez entre críticas y acusaciones, mientras el socialista, por su parte, durante su discurso se acordaba del “señor Aznar” y su “quien pueda hacer, que haga”.

Intercambiando pullas a un lado y otro, si subimos a la rueda del tiempo y nos remontamos a aquel 1994, tres décadas atrás, el panorama no era muy diferente: ‘No se descarta que Felipe González se someta a una cuestión de confianza o que haya una remodelación del Gobierno’, les contábamos desde Informativos Telecinco.

Los resultados de las elecciones europeas, recién conocidos, hacían temblar al Gobierno. “No es posible que nadie pretenda que cuando los ciudadanos españoles hablan, y han hablado con esta claridad, no se produzca ninguna consecuencia en España”, decía José María Aznar, liderando al PP.

“No es razonable no sacar ninguna conclusión del resultado electoral del 12 de junio”, decía, por su parto, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ejercía de ministro de la Presidencia.

 “A don Felipe González, lo único que hay que pedirle simplemente por decoro, y por el nombre y por la felicidad de este país, es que se vaya. Ya está”, decía entonces el coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita. Pero somos tal como fuimos. “Mañana por la mañana, hay que seguir gobernando”, es lo que diría Felipe González.

Jordi Pujol, llave de la estabilidad entre la bronca política

Las elecciones europeas coincidieron en esos momentos con las andaluzas y, a todo esto, después de 13 años el PSOE perdía por primera vez la mayoría absoluta en Andalucía.

En esas circunstancias, Jordi Pujol se convertía en la llave de la estabilidad: ‘Felipe González está obligado a explicar con qué apoyos cuenta y a cambio de qué podría recibirlos’, contábamos.

‘Convergencia es buena si la bolsa suena’, se escuchaba entonces, con Cataluña, una vez más, en el centro del tablero político.

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