Este miércoles 19 de junio, el rey Felipe VI celebrará su primera década como Jefe del Estado. Durante estos históricos años, Su Majestad se ha labrado una imagen de persona responsable, disciplinada, transparente, entregada a su trabajo, y con un gran sentido del humor.
Con 46 años accedió al trono, convirtiéndose en el rey más joven de Europa. Ahora, con diez más, y con un aspecto físico en el que predominan las canas en el pelo y en la barba, denota la intensidad del complicado periodo que le ha tocado gestionar como soberano del país.
Con motivo de su especial aniversario, el entorno del hijo del rey emérito Juan Carlos ha desvelado cómo es Felipe en las distancias cortas. Todos coinciden en lo mismo: su gran responsabilidad, su intensa forma de trabajo y sus curiosas aficiones.
El rasgo que más destacan quienes le conocen bien es su formación y dedicación a su tarea, tanto en lo que respecta a su bagaje intelectual como a la manera de preparar sus actividades de manera concienzuda. "Es un auténtico lujo. Se lo estudia todo", ha revelado un cargo del Gobierno que ha viajado con él en el avión oficial.
Uno de los empresarios más ricos de España le ha descrito como "serio, responsable y disciplinado", muy concienciado de su papel institucional.
"Siempre está donde tiene que estar. Hace lo que tiene que hacer. Y nunca aparca en doble fila", ha añadido una de sus personas de confianza en el Palacio de la Zarzuela para destacar la conducta ejemplar que ha mantenido durante su reinado aun a costa de distanciarse de su padre y de la infanta Cristina.
Para el periodista José Antonio Zarzalejos, Felipe VI "no es un rey carismático, pero es un rey verdaderamente poseído por su responsabilidad", además de ser una persona "digna".
El director del Real Instituto Elcano, Charles Powell, ha apuntado a EFE que la imagen que trasmite el monarca es la de alguien "más frío y distante", en contraposición a lo que infundía su padre. Pero en el terreno corto, Powell ha destacado su "cercanía, calor humano, empatía y gran sentido del humor".
"Son rasgos que no se perciben a ojos de la ciudadanía, quizá porque en los actos públicos prevalece lo formal, lo protocolario y una cierta rigidez", ha agregado el historiador.
Asimismo, han resaltado su gran sentido del humor. Durante una toma de posesión de un mandatario de América Latina cuando entonces era príncipe de Asturias, el entonces presidente cubano, Fidel Castro, le dijo: "Siempre estamos nosotros dos". A lo que Felipe apostilló: "Sí, pero por distintos motivos".
Otra muestra de desparpajo fue cuando se animó a tocar el cajón en una plaza de Cádiz en marzo del pasado año y ante el asombro de los percusionistas que participaban en la actuación por su desenvoltura. Salió proclamado como "el primer rey cajonero".
Sus colaboradores han remarcado que "las jornadas de los reyes son agotadoras", tanto por su actividad pública y los viajes como por el tiempo que Felipe VI trabaja en su despacho, con audiencias privadas o en reuniones de equipo.
"Tiene una forma muy intensa de trabajar, se ve solo una parte de lo mucho que hace", ha apuntado otra persona de su círculo de confianza.
Según dijo el propio Felipe VI en un acto, su trabajo es "hacer", pero también "escuchar mucho y aprender" porque reinar "es una carrera larga". "Y mantener los pies bien pegados a la tierra aunque uno esté en la cúspide del Estado", como agregó en 2017 al cumplir mil días en el trono.
Felipe VI trata de compaginar su trabajo con la familia, aunque ahora tiene más margen de tiempo al no vivir en la Zarzuela y sin la princesa Leonor ni la infanta Sofía. Sus dos hijas abandonaron el nido hace un tiempo.
Primero la heredera al trono, en 2021, al marcharse a Gales para cursar Bachillerato y en 2023 a Zaragoza para comenzar su formación militar. Segundo la infanta en 2023, siguiendo los pasos de su hermana y trasladándose a Gales para ingresar en el UWC Atlantic College e iniciar sus estudios de Bachillerato en el extranjero.
Por ello, Felipe VI busca ratos de ocio para compartirlos con la reina Letizia o quedar con amigos, principalmente, los de las academias militares, con los que organiza cenas o escapadas para esquiar.
La intensidad de su día a día le hace dormir pocas horas y apenas tiene tiempo para leer libros que no sean de geopolítica o informes oficiales. "Lee todo lo que está escrito sobre la política democrática. Es un rey ilustrado", ha afirmado Juan José Laborda, presidente de la Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas (Remco).
Una de las pocas novelas que ha pasado por sus ojos ha sido El mago del Kremlin, del italiano Giuliano da Empoli, que de manera ficticia se adentra en las entrañas del régimen de Vladimir Putin.
Además del esquí, Felipe VI hace huecos en su apretada agenda para practicar otros deportes, como el pádel o navegar, una afición que ha heredado de su padre.
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