Letizia tuvo que permanecer sentada durante el besamanos de Países Bajos por una afección en el pie izquierdo. La reina sufre de un problema que le impide permanecer de pie quieta durante mucho tiempo. Actualmente padece un neuroma de Morton, lo cual le dificulta que pueda caminar con normalidad con tacones. Por eso, sus últimas apariciones públicas son con zapatos cómodos bajos, unas deportivas que ella sabe llevar con dignidad protocolario para seguir “pisando con garbo”, que ha puesto de moda en todo el mundo.
Durante el Día de las Fuerzas Armadas, especialmente, su rostro muestra el padecimiento que sufre por la enfermedad. Estoicamente mantiene rostro firme y elevada la barbilla. No obstante, donde más podemos apreciar la expresión gestual de la dolencia es en sus ojos. Habitualmente son expresivos y brillantes y ahora se muestran más hundidos a pesar de que el maquillaje intenta destacarlos. La mirada es ahora más lejana dirigida a un punto no concreto del lugar donde aparece.
Otro de los aspectos de dolor contenido se muestra en la boca. El rictus de padecimiento, ese aspecto fijo o transitorio del rostro al que se atribuye la manifestación de un determinado estado de ánimo, queda patente en los labios que cierran más de lo habitual la comisura en señal de tensión.
El Sistema de Codificación Facial de Acciones ("Facial Action Coding System", FACS) del psicólogo norteamericano Paul Ekman nos da las claves de las expresiones del rostro en el comportamiento no verbal cuando la cara transmite estado de ánimo. En este caso, ojos y boca junto a rostro tensionado están siendo microexpresiones de las emociones de Letizia en sus actos públicos. Son instantes muy breves con intervalos de unos dos segundos donde pasa del rostro sereno a algo más tensionado por la dolencia del pie.
Las muestras de expresión de Letizia en algunos momentos de sus comparecencias nos revelan en breves instantes el ángulo superior del párpado algo levantado, elevación de cejas y barbilla pronunciada en los primeros planos. La observación detallada de la cara nos está mostrando la contracción de los labios dejando al descubierto los dientes y provocando la risa estratégicamente controlada.
Todos estos aspectos nos dan las claves del dominio del espacio escénico en los lugares públicos donde aparece la reina, que está realizando un esfuerzo especial por saber estar a la altura de las circunstancias con su mejor aspecto facial y corporal a pesar de las señales que nos descubre el lenguaje no verbal que es imposible disimular porque entronca con nuestro ser más profundo y emocional.
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