Conchi Barreiro y Froilán Díaz es un matrimonio de Santiago que, por tercera vez en cuatro años, han visto con impotencia cómo su vivienda, situada en el barrio de Conxo, era arrasada por las aguas de río Sar el pasado miércoles, cuando en la capital gallega cayeron más de 80 litros de agua por metro cuadrado, de los cuales 31 litros se midieron en solo media hora.

No ocultan su tristeza al narrar lo ocurrido, sobre todo Conchi, que cuenta que durante esa madrugada no pudo pegar ojo: sabía que cada gota de lluvia que caía en la ciudad aumentaría la fuerza de un río que otras veces ya le jugó malas pasadas, y así fue: “El agua empezó a brotar del suelo como un géiser”, explica, “salía por la lavadora, por la ducha…” destrozando a su paso todo lo que encontró.

Es la tercera vez en cuatro años y no quieren que suceda una cuarta, así que han anunciado su intención de venderla, aunque no sin antes emprender una batalla legal contra el Concello de Santiago, al que denunciarán, dicen, por “daños patrimoniales”: “Vamos a venderla porque no podemos más pero antes vamos a denunciar”, detalla Froilán.

Según la versión del hombre, el río Sar, a su paso por el puente de Suarribas, acumula maleza, troncos y basura, lo que impide que el agua fluya en condiciones por su cauce y que en época de abundantes lluvias se inunde: “Al atascarse el puente el agua viene para atrás”, explica, “hace tapón y el agua entra”, asegura.

Así que Conchi también es tajante en su decisión: “Lo siento por mis nietas (que están muy contentas aquí, con su jardín y sus columpios), pero yo no duermo y ya no puedo más”, sentencia.

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