Oleada de ayuda en Ourense con una familia que lo perdió todo al incendiarse su casa en Nochebuena: “La solidaridad del pueblo emociona”

Raúl Sampedro ha perdido esta Navidad el regalo más valioso que había recibido de su abuela: una casa en Castrelo de Miño (Ourense), a la que pudo emigrar con su familia hace unos cinco años, huyendo de la pobreza que asola su país de origen: Venezuela.

La mañana del día 24, cuando hacía unos recados con sus hijos de 16 y 17 años, la casa de Raúl se incendió, y de ella no pudo sacar nada, ya que quedó completamente destrozada por las llamas. La ropa que llevaban puesta y una muda que les prestó la Guardia Civil son ahora sus únicas pertenencias, aunque no por ello han perdido la sonrisa: la solidaridad de sus vecinos contribuye a que no la pierdan.

Raúl y sus hijos están temporalmente alojados en un hostal de Ribadavia que paga el propio Ayuntamiento, donde el hombre trabaja como limpiador, mientras trata de recuperar su vida o, al menos, parte de lo que era ya que “han perdido hasta la documentación”, explica el alcalde de Castrelo de Miño, Avelino Pazos.

“Lloraban de impotencia mientras veían cómo ardía todo"

El propio edil fue quien llamó al 112 el día del incendio. Se le encoge el corazón narrando la escena: “Lloraban de impotencia mientras veían cómo ardía todo”.

Así que el día de Navidad no se lo pensó dos veces y les llevó a su casa a comer con su familia: “El día 25 les llevé a mi casa porque es de humanidad, se habían quedado sin nada”. Ese día no había ningún restaurante abierto ni tenían más familia que les pudiese acoger así que comieron y cenaron con el alcalde, antes de regresar al hostal en el que se alojan.

Pero la ola de solidaridad no acaba aquí: todos los alcaldes de la comarca “se han volcado” para buscarles una casa temporal de alquiler. Por ahora tienen unas cuatro alternativas de alojamiento temporal y “una vecina ha ofrecido una casa que tiene en propiedad y que está vacía”, detalla el edil, quien aprovecha los micrófonos de Informativos Telecinco para agradecer “la solidaridad que está teniendo todo el pueblo”, asegura. “La gente ofrece ropa, viviendas… dentro de la desgracia, la solidaridad del pueblo emociona”, expresa.

Incluso el párroco de Macendo ha puesto la cuenta bancaria de la parroquia a disposición de esta familia (ES16 2080 5288 8630 0035 5650, de Abanca) a la que entregará íntegramente todos los fondos que se recauden.

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