El restaurante del Hotel San Cibrao, situado en el municipio ourensano de San Cibrao das Viñas, recibe cada día la visita de un particular cliente que, desde hace más de un año, se presenta a cenar sin reserva y sin abonar la cuenta correspondiente, sin que esto sea motivo de expulsión del local.
En torno a las ocho o nueve de la noche en invierno (en verano rozando la medianoche), cada día sin excepción, un zorro se cuela en el establecimiento donde lo reciben con agrado la mayoría de los clientes y empleados, aunque algunos de estos últimos confiesan que “ese no debería ser su entorno pero, al final es como un cliente más".
Ajeno a todas las miradas y comentarios que suscita a su paso, el animal se cuela en la terraza en busca de alimento, e incluso, si hay poca gente, “se llega a colar hasta el interior”, explican los testigos, de donde se va con la barriga llena.
Floren Santos, encargado del establecimiento donde el raposo se siente más a gusto, ha podido grabarlo en alguna de sus múltiples visitas, y en el vídeo se puede comprobar que ni la música ni la presencia humana son motivos de peso para huir a su hábitat natural, es más, se ve muy relajado.
De hecho, tanto clientes como empleados lo tratan como si fuese la mascota del local, y han llegado incluso a acariciarlo.
Según parece, el Seprona no puede hacer nada para evitar su visita así que desde el establecimiento han aceptado la situación y, sin pretenderlo, sacan provecho de ella, ya que se ha convertido en un reclamo que interesa por igual a pequeños y mayores.
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