Casados desde hace diez años y de nacionalidad brasileña, son los dos hombres acusados de captar a mujeres procedentes de su mismo país. Lo hacían para presuntamente obligarlas a prostituirse, aunque hoy han negado estos hechos y han alegado que la denuncia impuesta por ellas tiene una clara finalidad: “obtener la documentación para quedarse en España legalmente”.

Ambos lo aseguraban durante el juicio celebrado hoy, jueves, en la Audiencia Provincial de A Coruña. Admiten haber alquilado una habitación de su domicilio familiar a las mujeres, pero que ellas “hacían lo que querían dentro”. También aseguran ser conocedores de que ejercían la prostitución en el interior de ese cuarto. 

Eso sí, los acusados niegan haberles ofrecido trabajo para venir a España y otras acciones como haberse hecho cargo de los gastos del viaje, prohibirles salir libremente del piso o haberles reclamado deudas durante su estancia en el mismo. Su respuesta al ser preguntados si las vigilaban ha sido “nunca”. 

Se desvinculan así por completo de la actividad que estas tres mujeres ejercían en su propia casa, asegurando que el motivo de la denuncia que ellas han interpuesto es que pretenden “hacer todo para obtener la documentación para quedarse legalmente en España”.

Algo que el Ministerio Fiscal descarta, pues asegura que las víctimas eran captadas en países como Brasil y, una vez en España, permanecían “encarceladas”, ejerciendo bajo “amenazas”.

Las declaraciones ofrecidas por los dos acusados nada tienen que ver con el relato de las víctimas. Ellas aseguran haber contactado con los acusados mediante una persona común y que éstos les “mandaron los pasajes” para viajar a España, país en el que trabajarían en una peluquería como ayudante, en el cuidado de mayores o en la realización de labores de limpieza. 

Pero al llegar a Galicia lo que habían pactado no llegó a suceder. Se vieron obligadas a prostituirse “24 horas sin ningún día de descanso”, y que era uno de los dos procesados el encargado de “concertar todo con los clientes”. Una de las víctimas asegura que “estaba encarcelada, con las ventanas cerradas todo el tiempo, música súper alta, no dormíamos y no comíamos”. 

"Acepté porque no tenía opción, estaba amenazada, ellos tenían todo, la dirección de mis padres, todos los datos de mi familia y fotos" fueron las palabras que hoy resonaron en la Audiencia Provincial y que salían de una de las mujeres denunciantes.

La Fiscalía solicita para los acusados penas de entre 3 y 7 años de prisión por tres delitos: trata de seres humanos, prostitución e inmigración clandestina.

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