"Si no accedes, os echo a todos de casa": de esta manera amenazaba un violador de Lugo a la hija menor de su pareja cuando se metía en su cama para abusar sexualmente de ella. Lo hizo durante meses: desde diciembre de 2021 hasta marzo de 2023, cuando la madre se enteró de lo que sucedía y denunció los hechos.
Ahora, el hombre ha sido juzgado, y el tribunal considera probado que abusaba de su posición de superioridad sobre la menor para mantener relaciones sexuales con ella, amenazándola, además, con dejar a la madre si se negaba o si lo contaba.
Por estos hechos ha sido condenado a once años de prisión y a otros diez de libertad vigilada pese a haberlo negado durante la vista y solicitar la libre absolución.
Según el escrito de acusación, el hombre entabló una relación sentimental con la madre de la víctima en el año 2014 y empezó a convivir con la mujer y sus tres hijos, primero en Lugo y desde el año 2021 en Asturias. El acusado, desde principios de ese año, comenzó a abusar de la menor de 15 años y a “realizarle tocamientos por las piernas en la zona genital”, la mayoría de las veces tras haberse metido en la cama de la niña.
Con el tiempo, según expone El Progreso, el acusado fue más allá y mantuvo relaciones sexuales con la menor “de manera reiterada en el tiempo, aproximadamente dos veces por semana”, aprovechándose del “rol similar al paterno que ejercía sobre la menor y también de la edad de ésta”.
El fallo judicial explica que la víctima le manifestó en varias ocasiones al acusado su negativa a mantener relaciones sexuales con él, pero el hombre le decía que, "si no accedía, dejaría a su madre y los echaría de casa".
La madre de la niña tuvo conocimiento de la situación a través del teléfono móvil del hermano pequeño, que fue utilizado por el acusado, y al preguntar a la hija por la situación que se estaba dando en su hogar, esta “se derrumbó y contó lo que estaba pasando”.
La progenitora denunció los hechos el 1 de marzo de 2023 y el hombre fue detenido e ingresó en prisión provisional sin fianza al día siguiente.
El tribunal considera totalmente creíble el testimonio de la menor, que está avalado además por las declaraciones y los informes de los peritos, condenando al hombre a once años de prisión y a diez años de libertad vigilada, así como al pago de una indemnización de 15.000 euros por los daños morales ocasionados a la víctima, que tuvo que recibir tratamiento, al haber sufrido “diversa sintomatología postraumática y síntomas ansiosos y depresivos, así como conductas autolesivas”.
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