La magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago, Ana López Suevos, ha decretado prisión provisional comunicada y sin fianza, para los dos hombres supuestamente implicados en la reyerta que ocasionó en la madrugada del martes la muerte del carnicero Antonio Costa, a los que acusa de un delito de homicidio.
Había un tercer implicado que ha sido citado a declarar y que fue puesto en libertad porque presenció los hechos pero no estuvo directamente implicado en la pelea, de acuerdo con su propi testimonio y con el del vigilante de seguridad de la Plaza de Abastos, que desde un primer momento se refirió a dos agresores.
Los dos hombres, que permanecían detenidos desde el día de los hechos: Carlos Eduardo Yepez (de origen venezolano) y Kevin Martín Guillén (venezolano con DNI español), pasaron este jueves a disposición judicial y, según ha trascendido, se echan la culpa “el uno al otro”, al ser preguntados por los golpes que sufrió Antonio Costa con una barra metálica. El letrado de la familia, Francisco Méndez, ha señalado, en declaraciones a los medios, que se ha dictado prisión provisional porque "hay contradicciones" en sus declaraciones, en las que se acusan mutuamente, y también porque existe "riesgo de fuga".
El Correo Gallego, diario local de la capital gallega, ha hecho una cobertura completa del altercado y asegura que se desarrolló en tan sólo siete minutos.
Es el tiempo que transcurrió entre la llamada que el placero realizó al vigilante de seguridad del mercado para que le abriese la puerta (a las 04:36) y la que el mismo guarda hizo al 112 para pedir ayuda con la víctima ya en el suelo (registrada a las 04:43 horas).
Añade que el vigilante habría ayudado a apaciguar la bronca y a separar a los implicados pero que, en un momento de la pelea, él también fue golpeado y cayó al suelo y cuando pudo reincorporarse, Costa ya yacía muerto, “en un charco de sangre”.
El hombre había acudido a su puesto a hacerse con una espátula para secar suelos, “una especie de escoba con goma para recoger el agua y con un mango metálico”, que los agresores arrebatarían para golpearle a él, explica la cabecera.
El guardia privado fue trasladado al hospital Clínico para recibir asistencia sanitaria en estado de shock.
Un mal golpe en la cabeza fue lo que, en principio, le provocó la muerte a la víctima, al causarle una hemorragia masiva, según el primer análisis forense del que también ha trascendido que en el cuerpo de Costa había otros traumatismos por la caída, más impactos del palo metálico y signos haber intentado defenderse.
En todo caso, indica la cabecera local, los equipos del Imelga han solicitado pruebas a mayores de cara a la elaboración del informe final.
Hasta los juzgados compostelanos se han desplazado a primera hora de la mañana familiares de la víctima visiblemente afectados. En concreto, su hija, Gloria Costa, hablaba a las cámaras de la TVG para pedir "que se haga justicia" para su padre y que los implicados en su muerte no queden "impunes".
"Mataron a una familia entera, tengo que verles la cara y decirles que acabaron con una familia entera", ha dicho la hija de la víctima, entre lágrimas y visiblemente afectada. "Es una pena muy grande, que una persona tan querida, tan respetada y tan trabajadora, que acaben así con su vida... hay derecho. Que vengan dos maleantes y le arrebaten la vida, eso no puede ser", ha añadido.
«Todos los beneficios que puedan tener se los van a dar y tienen que estar pudriéndose en la cárcel, no pueden ver nunca más la luz del día», defendió en relación a los detenidos.
Al finalizar la diligencia, su abogado también ha querido agradecer a todos los compostelanos sus muestras de apoyo a la familia y ha pedido "dejar que trabajen" los investigadores para "que haya justicia".
Antonio Costa, nacido en 1964, procedía de un linaje de ganaderos y carniceros compostelanos. Su familia poseía una importante finca en el Monte Viso, con ganadería propia, y su madre regentaba el puesto Chelo&Muñico hasta que él cogió los mandos y lo regentaba junto con su hija.
A lo largo de los años, reza la prensa local, el puesto se había convertido “en todo un referente en carne de ganado” en Compostela.
Pero el éxito empresarial nunca se le subió a la cabeza a este buen hombre tan querido en la capital gallega y que siempre era el primero en llegar a la plaza.
Sus compañeros de mercado lloran la pérdida de “un buen profesional”, “de esos que hacen que la Plaza de Abastos sea reconocida”; “traía gente al mercado”, apunta uno de los placeros que más tiempo ha trabajado con él.
Añade que era una persona “trabajadora, de mucho carácter y pasional”, que ha dejado un vacío grande en su gran familia de la Plaza de Abastos.
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