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La Justicia acaba de reconocerle a una familia gallega una indemnización de unos 180.000 euros por la muerte de su segundo hijo, que falleció durante el parto, en diciembre de 2017, en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, Pontevedra.
El Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Vigo considera probado que en el paritorio se cometió una “mala praxis” que tuvo como consecuencia la muerte de Adrián por asfixia.
Ángela, su madre, tenía 38 años en aquel momento y una hija de seis que había nacido por cesárea. La opción para su segundo parto era dar a luz por vía vaginal pero cuando se lo indujeron empezó a detectar que no avanzaba, que sentía mucho dolor, así que pidió ser intervenida: “Yo les pedí, les supliqué, les rogué toda la noche que me hicieran una cesárea, que me sacasen al niño, pero no me la hicieron”, explica en la prensa local.
El personal sanitario encargado del parto no lo vio necesario y a la mañana del día siguiente, tras el cambio de turno, se constató que el feto no tenía latido.
La autopsia confirmaría más tarde que el fallecimiento se produjo por asfixia, al haber aspirado el meconio.
A Ángela le tuvieron que extraer el cuerpo sin vida de su hijo, “en un accidentado parto instrumental que le provocó dolorosas secuelas, como la rotura del útero”, reza la cabecera gallega.
El Sergas reconoció haber vulnerado las pautas de la buena práctica profesional (lex artis ad hoc) en hasta ocho aspectos y consideró probado que existían señales de alarma de sufrimiento fetal que deberían haber conducido a la cesara así que admitió una indemnización de 120.000 euros, una cantidad que la familia consideró insuficiente y decidió acudir a los tribunales.
Finalmente, siete años después, el juez ha decidido incrementar la cuantía a 135.000 euros, así como al pago de los intereses generados a la compañía de seguros de Sergas (XL Insurance) por no haber abonado nada desde que, en mayo de 2023, se reconoció en vía administrativa que la familia tenía razón, ascendiendo la indemnización a unos 180.000 euros.
El abogado que llevó el caso, Cipriano Castreje, considera que este fallo “reconoce el dolor de la pérdida de un hijo por una negligencia médica evitable” y espera que la sentencia “siente un precedente” para que las administraciones sanitarias y sus aseguradoras “actúen con mayor empatía y diligencia en supuestos de mala praxis evitando dilaciones y obstrucciones injustificados a los afectados”.
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