Estela Blach Silva, la mujer de 36 años presuntamente asesinada a manos de su expareja en Baiona, Pontevedra, llevaba varias horas muerta cuando fue atendida por los servicios de emergencia, que se acercaron al lugar alertados por su presunto asesino.
El exmarido de Estela, Humberto González Rodríguez, que continúa en paradero desconocido tras darse a la fuga a la llegada de los sanitarios, aseguró que la había encontrado herida a las puertas de su vivienda y huyó advirtiendo que “no iba a comerse ese marrón”.
El examen forense ya había determinado que la mujer presentaba un traumatismo en la cabeza, y ahora ha trascendido que habían pasado varias horas cuando el presunto asesino llamó a emergencias para que la atendieran.
La hipótesis principal que maneja la Guardia Civil, según explica el diario local Faro de Vigo, es que “la habría matado esa noche en la casa y tiempo después decidió llevarla en una silla de oficina con ruedas hasta la entrada bajo el pretexto de que él no era el autor”.
Tras cinco días desde el suceso y posterior huida del principal sospechoso, el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, avanzó que los agentes cuentan “con pistas prometedoras” sobre el paradero de este hombre de 38 años.
Además de haber activado un dispositivo de búsqueda por Galicia y Portugal del presunto asesino, la Guardia Civil centra sus investigaciones en el análisis de las evidencias halladas en la vivienda del fugado, tales como huellas dactilares, ADN, muestras del cuerpo y la ropa de la víctima…
Según la prensa, los forenses realizaron un primer informe provisional “que será definitivo dentro de unos meses”, una vez se reciban los resultados de los análisis realizados en el Instituto Nacional de Toxicología de Madrid.
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