El pasado fin de semana, el caos se adueñó de la ciudad de A Coruña. El R.C. Deportivo recibía en casa al Málaga C.F. para jugar el sábado su correspondiente partido de liga, pero ya en la noche del sábado un centenar de ultras del equipo andaluz merodeaba la ciudad provocando pánico y altercados en las inmediaciones del estadio de Riazor. Informan en el vídeo M. Guerra y A. Núñez.
Según ha trascendido, los incidentes comenzaron por las calles paralelas a Manuel Murguía, donde los ultras visitantes esperaban encontrarse con miembros de los Riazor Blues, el grupo de ultras local con el que “rivalizan tanto futbolística como políticamente”, al ser los gallegos de ideología izquierdista y los integrantes del Frente Bokerón (al que se le atribuyen los disturbios) de ultraderecha.
La prensa local explica que los andaluces se encontraron con un pequeño grupo de ultras del Depor en un bar frecuentado por ellos, que acabarían destrozando al no permitirle su entrada.
Los responsables del negocio aseguran que “fueron momentos muy tensos, que pudieron terminar en tragedia” de no ser porque la policía se personó en el lugar y alejó a los violentos de la zona, que abandonaron la ciudad para pernoctar en diferentes localidades de la provincia.
Un día después, “el caos volvió a adueñarse de la ciudad”, pero esta vez de la mano de un grupo de ultras locales, que vestidos de negro como sus opuestos, arremetieron contra algunos agentes de policía, motivo por el cual dos personas han pasado este lunes a disposición judicial.
La policía intenta identificar aún a los ultras del Málaga que atacaron a los del Riazor Blues en ese bar. Al menos tres seguidores del Coruña tuvieron que esconderse en el cuarto de baño mientras los del Frente Bokerón destrozaban el local.
Fue el primer conato entre las dos aficiones la víspera del partido. Un fallo policial que no detectó a los malagueños sabiendo que llegaban a la ciudad. Pernoctaban en Santiago y cuando se iban a marchar hubo un segundo conato; algunos del Riazor Blues tiraron piedras contra los vehículos rivales.
"Al ser un partido de alto riesgo se preparó un dispositivo para el domingo. El fallo estuvo en que no se preparó nada para el sábado", explica Marcos Franco, portavoz del Sindicato Unificado de Policía.
La alcaldesa no entiende por qué al día siguiente se les permitió entrar en el campo. De hecho, en el vídeo se ve a los malagueños en su grada custodiados tres horas antes del encuentro.
Mientras Los ultras del Riazor Blues se paseaban por la ciudad con palos y encapuchados. Iban a la caza pero no había presa en las calles. La policía lo embolsó también pero varios se saltaron el cordón. Hubo dos detenidos por resistencia y desobediencia. El comité antiviolencia sancionará a los ultras de ambos equipos porque supuestamente se analiza su comportamiento desde que comienza el desplazamiento a los partidos.
total
Los dos clubes han sacado sendas notas denunciando los hechos. Pero en el campo los jugadores se acercaron y aplaudieron a sus hinchas, como se vio en el campo del Atlético de Madrid con el Frente ultra.
La Voz de Galicia ha hecho un análisis de las circunstancias que provocaron el caos que se desató en la ciudad herculina con motivo de la jornada liguera para ayudar a comprender por qué era difícil evitarlo:
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