Los fotógrafos de mascotas que arrasan en Galicia: “Es una manera de recordarlas”
Es un tipo de servicio cada vez más demandado en la Comunidad
Confiesan realizar encargos de todo tipo, bien para regalar o como recuerdo
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En la actualidad son muchas las personas que consideran a sus mascotas como un miembro más de la familia, sin hacer, prácticamente, distinciones con el resto de los integrantes, incluyéndolas en eventos familiares y, por supuesto, en sus fotografías.
Esta forma de vida contrasta radicalmente con la de otros individuos que, a raíz de la Ley de Bienestar Animal, no quieren hacer frente a las responsabilidades que tienen con sus mascotas y las acaban abandonando por miedo a las sanciones.
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Afortunadamente, los primeros son cada vez más numerosos y, por ello, la demanda de servicios que cubran sus necesidades va en aumento exponencial. Ejemplo de ello es un bar de Culleredo, A Coruña, que ofrece menús para perros, o los fotógrafos especializados en mascotas, que se están poniendo de moda en Galicia y que cada vez son más habituales.
“Es una manera de recordarlos”
Nosotros hemos acudido a dos estudios de fotografía en Vigo, que nos han abierto las puertas para mostrarnos como funciona un servicio que cada vez tiene más adeptos en la comunidad.
El primero es el de Laura Rodríguez. Tiene un estudio en su casa desde hace unos seis años y desde hace tres se empezó a interesar por este tipo de fotografía usando a su propio perro como modelo. Ahora la gente “le pide fotos”, confiesa, de manera que se está especializando y tiene cada vez más seguidores.
Asegura que realiza encargos de todo tipo, “bien para regalar o como recuerdo”, ya que “es una manera de recordar a las mascotas”, asevera.
Ladridos para que cambien su expresión
Lo mismo sucede con Alejandra, ella empezó en este mundo ‘petfriendly’ cuando adoptó a su perro en una protectora.
Comenzó a subir fotos de su can en Instagram y en seguida estaba fotografiando otros animales. Ella pensó lo siguiente: “Si yo adopté viendo a mi perro en una foto, otros pueden hacer lo mismo”, así que se puso manos a la obra.
Su estudio se llama Skolldog en homenaje a su perro, y su secreto (confesable) “es que estén relajados”, asegura. Para ello, no le importa ladrar o emitir sonidos “para que los perretes cambien su expresión”, confiesa; algo que parece ser efectivo a juzgar por los seguidores que tiene en redes sociales (actualmente cerca de 21.000 y subiendo como la espuma).
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