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En el año 2020, en la localidad asturiana de Pola de Lena, la joven emprendedora Marta González respondía con una app creada por ella misma a la demanda que varios ganaderos de su entorno le habían trasladado para poder gestionar online la compraventa de animales y maquinaria para sus granjas, y que ella misma, propietaria de una ganadería de caballos, se vio en la necesidad de usar para vender algún potro.
Así nació Vacapop, y su éxito fue tal que en poco tiempo superó las más de 50.000 descargas, y llegó a situarse en el número 89 del ranking de compras de la Play Store.
Aunque se usa en todo el territorio nacional, la app fue ganando terreno entre los ganaderos gallegos, y se convirtió en la segunda comunidad autónoma que más descargas y transacciones contabiliza, justo por detrás de Asturias.
La gallega es también la comunidad donde más anuncios tiene Vacapop, y entre todo el ganado, lo que más se publicitan son las vacas Limousin y las rubias gallegas.
En Vacapop los granjeros pueden encontrar incluso ofertas de trabajo relacionadas con el sector, algo que la hace más atractiva, si cabe.
El secreto de su fama entre la comunidad ganadera, aparte de ser gratuita y no cobrar ningún tipo de comisión, radica en la creación de una comunidad formada por más de 12.000 usuarios, que tienen a su disposición ciertos beneficios y ventajas, tales como descuentos especiales.
Con su creación, Marta desmonta el mito de que el campo y la tecnología están desconectados. “Pensar eso es un error”, asegura en las páginas de La Voz de Galicia, “todo el mundo quiere lo mejor de la tecnología y en el medio rural también”, incide.
Y de paso, con Vacapop también desmonta otra creencia: la de que las TIC las usan la gente joven. “Tenemos usuarios de todo tipo. La horquilla estará entre los 25 y los 55 años”, asegura su creadora.
Sin embargo, lejos de atribuirse el mérito, la CEO apunta que esta plataforma ha tenido éxito gracias a todos los compañeros que pusieron su granito de arena para realizar las modificaciones y ampliaciones pertinentes en el proyecto, y explica: “Somos conscientes de que no inventamos la pólvora, lo que intentamos fue adaptar un producto que ya existía a las necesidades que hay en el sector”, explica la asturiana.
Su uso es similar al de otras conocidas aplicaciones de compraventa como Vinted o Wallapop y consiste en que el vendedor inserta una o varias fotografías de su producto o animal, y añade una descripción con el precio de venta.
Tras este trámite, las personas interesadas tienen la opción de contactar con el vendedor a través de un chat interno, para el que no necesita hacer públicos ni sus datos personales, ni el número de teléfono.
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