La afición del Dépor, un fenómeno que no se entiende, se vive: “En Cádiz me tienen por loco”

El Deportivo de La Coruña, después de cuatro largas temporadas sufriendo en la categoría de bronce del fútbol español, firmó el domingo su regreso a la liga profesional, al conseguir el ascenso directo a segunda división.

Un zurdazo imparable de Lucas Pérez, desde el frontal del área, hizo posible el milagro: le daba la victoria a su equipo y, con ella, ese ansiado ascenso al proclamarse campeón de liga a falta de 2 jornadas.

Los 31.833 deportivistas que seguían el partido desde el estadio de Riazor se fundieron en abrazos al tiempo que dejaban salir gritos de emoción contenidos desde hacía cuatro años, cuando su equipo descendía “al barro”, aunque no así el ánimo de sus seguidores.

A los cerca de 32.000 aficionados que había en el estadio, hubo que sumar otros miles y miles de seguidores más que, llegados de todos los puntos de la geografía gallega y española, no quisieron perderse la fiesta blanquiazul desde primera hora de la mañana en las calles de la ciudad herculina.

“En Cádiz me tienen por loco”, nos contaba un aficionado que llegó el viernes a la ciudad gallega: “Yo en el trabajo desayuno todos los días con la taza del Dépor, hoy por cojones teníamos que estar aquí, y con el Dépor siempre”.

Y es que el sentimiento blanquiazul “no tiene límites ni explicación posible”, nos confiesa un aficionado. Toda una ciudad teñida con los colores de su equipo, recibiendo seguidores de toda la geografía que vienen sin entrada sólo para vivir la fiesta: “No hay que entenderlo, hay que vivirlo”, desvela otro “seareiro”, y añade, “estamos en las buenas y en las malas, eso no lo entiende casi nadie”, enfatiza.

A Coruña, que ya vivió su pre fiesta y su fiesta deportivista este domingo, volverá a citar a toda la afición el próximo sábado 25 de junio en la Plaza de Cuatro Caminos, cuando termine la liga regular y se dé por concluida la temporada de infarto del Deportivo.

El verano de 2023, sin saber que éste sería el año de la vuelta al futbol profesional, la afición del Deportivo se lanzó a renovar y a comprar sus abonos para la temporada como nunca antes se había visto. El club se vio obligado a cerrar las taquillas el 30 de septiembre, agradecido por “romper todos los límites”, al anunciar que se habían alcanzado los 28.346 carnés.

A partir de ese momento, el club comenzó a pedir que los socios que no pudiesen acudir a cada encuentro liberasen sus asientos para poder ceder su plaza a otro deportivista, al tiempo que abría un formulario para que los interesados en hacerse socios pudiesen ingresar en una lista de espera, que poco a poco, fue creciendo exponencialmente, hasta situarse en los 3.800 actuales.

El estadio municipal de Riazor se ha quedado pequeño hasta para la tercera división y todo apunta a que ahora que vuelve a ser de Segunda se vuelvan a superar todos los récords de asistencia establecidos.

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