Goteras y un suelo "que se hunde": el grave deterioro de una iglesia en Ribadeo, Lugo

Un anciano de 84 años mantiene 'viva' una iglesia de Ribadeo (Lugo), que, sin embargo, está abocada a echar el cierre. Al menos, si no llega la ayuda que necesita.

Ya no sólo para arreglar las graves deficiencias que tiene, sino para conservarla en condiciones y que pueda abrir cada día. De momento, es accesible los 365. Todo gracias al Hermano Ramón Sanjurjo.

A su edad, desearía no ser el único que se encarga de que la parroquia de la Orden Tercera siga permitiendo la visita de los devotos. Aunque lleva cuatro meses sin ofrecer misa, la gente sí acude a ella.

Los feligreses de esta pequeña localidad lucense ven cómo "las goteras" y las humedades están deteriorando cada vez más los techos y las paredes del inmueble. Su suelo también "se hunde".

Construida a finales de los años 20, esta capilla franciscana está padeciendo los efectos del paso del tiempo y de las intensas lluvias que han caído estos meses atrás en Galicia.

Una enorme humedad en lo alto ha obligado a colocar cubos y garrafas de cinco litros en diversos puntos de la iglesia, para recoger el agua que cae. Además, hay puestas alfombras en otras zonas.

"No puede cerrar nunca"

Ramón ha hablado con Informativos Telecinco y ha sido tajante: "No puede cerrar nunca, siempre estuvo abierto esto. A todos estos santos se les tiene mucha devoción".

El seglar admite que las tareas para arreglar la parroquia van para largo, pues "hasta el año que viene no hay dinero". El ayuntamiento de Ribadeo "reforzó" una parte de forma parcial.

"Para se pueda entrar y salir, al menos, porque vienen aquí a rezar", nos explica el anciano. "Tenemos un obispado potente que podría echar una mano", señala un vecino.

"Es muy bonita, llevo flores a las imágenes siempre que puedo. Los visitantes que llegan la suelen ver, se puede acceder, pero hay que llevar cuidado por los desperfectos que tiene", nos cuenta una vecina.

Aunque se solucionen los problemas que actualmente sufre la capilla, otro está en que no hay un relevo para Ramón. "Con la edad que tengo ya... deberá encargarse un franciscano seglar, pero no hay por aquí ninguno", lamenta.

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