Estos días se celebra en Pontevedra el juicio a un hombre acusado de matar a Jéssica Méndez. La embistió con su coche en un cruce. Él dice que se quedó dormido al volante. La familia de la víctima asegura que el acusado estaba obsesionado con ella.
Los hechos ocurrieron hace dos años. La víctima, Jéssica, estaba parada con su coche en un stop para incorporarse a una carretera.
José Eirín, de 41 años, chocó con su coche contra el de la mujer a 80 kilómetros por hora, sin frenar.
Él sostiene que se quedó dormido por culpa de unos medicamentos que estaba tomando.
Jéssica murió horas después del choque en el hospital. Su familia dice que durante meses, ella sufrió un acoso constante. Su obsesión llegó a tal punto que pinchó las ruedas del coche de Jéssica. Aunque su entorno admite que jamás imaginó que terminaría matándola.
La Fiscalía mantiene que el rechazo que sintió José le llevó a odiarla y acabar con su vida. Pide para él 24 años de cárcel. Le atribuye un delito de asesinato con agravante de género, y será un jurado popular el que determine su culpabilidad.
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