Cinco personas acusadas de venta de droga en el área de Noia (A Coruña) --cuatro de ellos integrantes del mismo núcleo familiar, padres e hijos-- han negado los hechos que se les imputan en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial y han alegado que era para consumo propio.
"Yo no vendía nada", ha asegurado el progenitor tras indicar que estaba "todo el día fumando porros”. Los dos progenitores han reconocido tener una "cosecha para pasar el año", en alusión a plantaciones de marihuana para el consumo "de los cuatro".
Al mismo tiempo, el hombre ha explicado que "muchas veces" intercambiaba sustancias con otras personas pero que "no cobraba nada". "Tengo cambiado marihuana con otros chavales para ver la calidad", ha apuntado.
En la misma línea, uno de los hijos ha declarado que en la época que se produjeron los hechos "estaba muy mal" y consumía "todos los días de todo, sobre todo porros, también cocaína y otras veces otras sustancias". No obstante, ha negado haber vendido "ni hachís ni cocaína". Su hermano también ha argumentado que consumía "bastante de todo" y con "todos" sus amigos aunque ha rechazado que vendiese.
Cuestionados sobre las plantaciones de marihuana de sus padres, han señalado que tenían conocimiento de que "cultivaban en el monte" pero desconocían dónde.
El quinto acusado ha señalado que tenía relación con uno de los hermanos pero ningún vínculo con el resto de la familia. "Quedábamos para drogarnos pero yo a ellos -- los demás procesados -- los he conocido hoy y no sabía nada de plantaciones sinceramente", ha insistido. Además, ha dicho que es drogodependiente desde los 17 años. "En esa época consumía todo y por eso no me acuerdo de la mayoría de las cosas", ha apostillado.
Según recoge el escrito de acusación de Fiscalía, los acusados, al menos desde el año 2019, se dedicaban, de forma coordinada, a la venta de drogas.
Además de en esta ocasión, los integrantes de este clan familiar habían sido investigados ya en el año 2017, cuando fue identificado el cabeza de familia como la persona que vendía droga en las inmediaciones de un colegio en Noia. En 2018, tanto el cabecilla como sus dos hijos fueron identificados también por vender droga en las puertas del Instituto San Alberto de Noia.
En el año 2019, los agentes retomaron las investigaciones sobre las viviendas y movimientos de los cuatro integrantes del clan, lo que le permitió trazar nexos con una quinta persona también dedicada a la venta de drogas.
En distintos registros de viviendas y vehículos, los agentes encontraron marihuana, cannabis, cocaína, MDMA, metanfetamina, ketamina y ayahuasca, así como armas, teléfonos o dinero.
El Ministerio Público considera a los cinco acusados culpables de un delito de tráfico de drogas y a los cuatro miembros de la familia culpables de un delito de integración en grupo criminal. Por ello, pide para ellos penas que van desde los seis a los siete años y medio de cárcel y multas de hasta 138.000 euros.
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