El pesquero gallego 'Villa de Pitanxo', que naufragó a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá) en febrero de 2022, y en el que sobrevivieron solo tres de los 24 marineros a bordo, sigue teniendo en vilo a los familiares y amigos de la tripulación.
Estos últimos, siempre han pedido que se bajase al pecio para encontrar pruebas de lo que pudo haber ocurrido en el pesquero, y tras haberlo conseguido, este miércoles han tenido acceso, por fin, al informe pericial elaborado tras analizar las imágenes de dicha bajada.
En dicho documento, los peritos desmontarían la versión del capitán del barco, Juan Padín, apuntando hacia un "error humano" del marinero como "causa más probable" del hundimiento del buque, en el que fallecieron 21 personas.
Las conclusiones de este documento señalan que, de acuerdo a "datos objetivos" y a las circunstancias analizadas, "se concluye que la causa más probable del hundimiento del buque fue un error humano del capitán, por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del aparejo del fondo marino".
Según este informe elaborado por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), Padín puso en "grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes" al realizar esa maniobra, "con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta".
En segundo lugar, los peritos consideran un factor contribuyente del accidente la demora con la que el capitán dio la orden de abandono del buque a la tripulación, "lo que condicionó que pudieran realizar el abandono de forma ordenada y con alguna probabilidad de éxito".
El texto explica que otro factor clave habría sido la "falta de familiarización de los tripulantes con sus obligaciones y funciones atribuidas en el cuadro orgánico para situaciones de emergencia", además de con el uso de dispositivos de salvamento.
Esto, a juicio de los expertos, "pone de manifiesto la falta de formación a bordo y la falta de realización de ejercicios periódicos de abandono de buque".
La ausencia de una escalera en estribor, desde la cubierta superior a la cubierta de oficiales, también sería otro factor contribuyente a la tragedia, ya que hubiese sido un "medio rápido de evacuación desde la cubierta expuesta a la intemperie y a la mar hacia las balsas salvavidas".
"En quinto lugar, se considera factor contribuyente del accidente las adversas condiciones marítimas y meteorológicas que había en el lugar que, si bien no eran de una extrema dureza como para aconsejar haberse puesto a la capa en espera de una mejoría, sin duda dificultaron la maniobra para librar el embarre", añaden las conclusiones.
Las familias de las 21 víctimas mortales han celebrado este informe, apuntando que "les da la razón", agradeciendo a los medios de comunicación su apoyo ya que, según han dicho, sin la prensa no se hubiese conseguido que finalmente se bajase al barco el pasado mes de mayo.
"Ha valido la pena bajar al barco. Nos da la razón a lo que siempre dijimos", ha dicho la portavoz de los familiares, María José de Pazo.
"Teníamos razón las familias, mereció la pena toda la lucha. Era necesario bajar al barco para tener pruebas y mostrar el camino de la verdad de lo ocurrido en el naufragio", ha añadido. Según ella, el informe dice que la versión del superviviente Samuel Kwesi es la "verosimil".
La investigación judicial se debe a que Samuel Kwesi ofreció una versión que contradice a la expuesta por Padín y Rial, y que apuntaría a posibles negligencias por parte de éstos que habrían desencadenado en la tragedia.
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