Marinella Farré, investigadora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha advertido que los pellets podrían llegar “a toda la costa del Cantábrico” y ha pedido retirarlos “lo antes posible”. “Es una carrera a contrarreloj”, ha asegurado tras insistir en la necesidad de evitar “un mayor impacto”. Pese a que el PSOE ha acusado al PP de un nuevo Prestige, la experta ha asegurado que no es comparable. Mientras, la Xunta de Galicia "pide calma".
“Cuanto más se mezclan con la arena, más cuesta de retirar. Cuanto más tiempo se tarde, más sacos se abrirán", ha señalado Farré, quien ha alertado que los que ya están flotando "se pueden ir recubriendo de un bioflim, aumentar su peso y bajar en la columna del agua". "La marea blanca supone una amenaza terrible a los ecosistemas y va a durar años", han subrayado los ecologistas sobre los pellets que proceden del buque ‘Toconao’.
La investigadora del CSIC ha explicado que estos pellets son como "bolitas de plástico" que se "utilizan como materia prima para hacer diferentes piezas de plástico" para su uso. Los llegados a las costas españolas son, en concreto, de unos cinco milímetros y cada uno de ellos podría tardar en desaparecer del medio marino "entre 50 y 70 años", ha alertado. Aunque no se puede saber a ciencia cierta.
Al tratarse de una materia prima, estos pellets no deberían de tener grandes concentraciones de elementos tóxicos, por lo que ha instado a no ser "alarmistas en este sentido". La Xunta de Galicia ha analizado su composición y ha descartado que sean "tóxicos o peligrosos". Farré ha apuntado que, a pesar de no ser peligrosos, se trata de un problema que puede afectar de forma física a las especies de las zonas como peces grandes y aves. Así, puede extenderse a la costa del Cantábrico.
"No hay límite. Llegarán donde la marea los haga llegar y dependiendo de temporales y de mareas llegarán más lejos o no. Pero al final, en menor o mayor cantidad, yo creo que prácticamente llegarán a toda la costa del Cantábrico", ha afirmado. Farré ha reclamado intentar recoger los que se encuentran en los sacos vertidos por el buque "antes de que se abran y se suelte su contenido".
Así, ha pedido "recoger y eliminar" los pellets sueltos con la misma rapidez, ya que con el tiempo cada uno de ellos podría convertirse en "micro o nanoplásticos", lo que tendrían un "mayor impacto a largo plazo". En cuanto a la participación de los voluntarios en la recogida, la investigadora ha llamado a seguir “al pie de la letra” las recomendaciones de los expertos en la zona e “intentar tocar lo menos posible” la misma.
Marinella Farré ha señalado que existe "peligro" en que peces grandes coman estos pellets y que mueran "atragantados o con un tapón en el estómago". Aunque ha avisado que la pesca se verá afectada, ha destacado que “no es muy probable” que sean muchos los peces que mueran por este vertido, al igual que con las aves. En cuanto a la salud humana, ha aclarado que no hay peligro porque "el estómago de los peces grandes normalmente no se come".
La investigadora ha sentenciado que esta catástrofe ambiental no es comparable con la del Prestige. "Afortunadamente eso es casi insuperable", ha añadido. Eso sí, ha reconocido que se trata de “otro golpe más a la misma zona”.
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