Este 2023 no parece que sea el año de los mariscadores y mariscadoras de Galicia. A las cuantiosas pérdidas ocasionadas por la muerte del marisco en las rías, cuya cifra ronda los 10 millones de euros, hay que añadir la presencia de los furtivos que arrasan con el poco género que queda en los arenales, sin tener en cuenta el tamaño ni el periodo de veda de cada especie.
La Guardia Civil de A Coruña, en colaboración con el Servizo de Gardacostas de la Xunta, se ha incautado de 422 kilos de pescado y marisco en el marco de un dispositivo de vigilancia contra el furtivismo.
Según ha informado la Comandancia, efectivos de la Guardia Civil y de Gardacostas estaban realizando un servicio especial de prevención de esa práctica ilegal, en el marco del Plan Integral de Actividades Pesqueras, y observaron cómo se acercaba al punto de control una furgoneta susceptible de ser utilizada para el transporte de productos del mar.
Los agentes interceptaron el vehículo y, al inspeccionarlo, comprobaron que parte de la mercancía podría no tener documentación legal. Así, han informado fuentes de la Comandancia, entre el pescado transportado había ejemplares de raya mosaico, que se encuentra actualmente en período de veda.
Por ello, se procedió a trasladar la furgoneta a la lonja del Puerto de A Coruña para pesar la mercancía. Así, se constató que en el vehículo se transportaban 208 kilos de centollo, 42 kilos de choco, 38,5 kilos de raya de clavos, 3,7 kilos de pez ballesta y 130 kilos de raya mosaico, todo ello carente de cualquier tipo de documentación que amparase su trazabilidad o procedencia legal.
Los agentes se incautaron del pescado y el marisco y, una parte, fue reintegrada a su hábitat natural al estar vivos los ejemplares, mientras que el resto ha sido entregado a la Real Institución Benéfico Social Padre Rubinos. Asimismo, se han levantado las correspondientes actas de denuncia por infracción a la ley de Pesca de Galicia.