Los tripulantes del velero Carmen, dos bilbaínos y un luso que navegaban este domingo por las costas gallegas, vivieron “una de sus experiencias más extraordinarias” que no podrán olvidar en mucho tiempo, al haber interactuado con tres ejemplares de orca que se divirtieron jugando con su embarcación, hasta el punto de romperle los dos timones y hacer que perdieran el control de la misma.
Cuando emprendieron su viaje a la costa de Galicia sabían que había probabilidades de encontrarse con orcas por lo que se documentaron a conciencia sobre los protocolos de actuación en caso de que eso sucediese.
Nos cuentan que leyeron que “hay uno que establece que debe pararse el barco, y otro que aconseja meter motor y tratar de alejarse hasta que las orcas desistan y vuelvan con sus familias”.
Esto último fue lo que la tripulación del Carmen decidió hacer: metieron motor en dirección a la costa, navegando a unos nueve nudos para dejar atrás a los animales.
Los tripulantes explican que las orcas golpearon con tanta fuerza la embarcación que perdieron el control del timón ya que, “de hecho, rompieron los dos”. Aseguran que las orcas conseguían desplazar la popa del barco con cada embiste y que eso les produjo una fuerte descarga de adrenalina.
Los tripulantes del Carmen estuvieron en todo momento en comunicación con Salvamento Marítimo, y aunque les ofrecieron remolcarlos, pudieron llegar al puerto deportivo de Baiona sin su ayuda.
Desde Informativos Telecinco hemos hablado con el experto Alfredo López, la voz más conocida de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños de Galicia (CEMMA), quien nos asegura que la mejor opción en este caso hubiera sido actuar según la legislación vigente en España y Portugal, que indica que se debe parar el motor si las condiciones lo permiten.
“La velocidad es una motivación para las orcas”, indica este experto en mamíferos marinos, quien añade que “desde el punto de vista técnico, la recomendación de poner en marcha el motor es absurda”.
Con todo, los tres tripulantes se encuentran bien, todavía con el susto en el cuerpo pero con una historia que contar a los que se acercan a interesarse, que no son pocos.