El espectáculo de estriptis que aspira ahora a ser considerado deporte olímpico: así es el pole sport

  • Se ha despojado de los prejuicios para convertirse en un deporte reconocido internacionalmente

  • Un gimnasio de A Coruña reivindica esta disciplina que combina baile y acrobacias

  • El 939 Studio tiene alumnos desde los 6 a los 63 años y el número de practicantes no deja de crecer

Es todavía bastante desconocido en España, pero en otros países, como Argentina o México, tiene una gran tradición. El pole sport, el deporte derivado del pole dance, es una disciplina que se enfrenta todavía a muchos prejuicios. “Cuando la gente lo escuchaba pensaba en una barra americana y en estriptis”, afirma Ivonne Botana, propietaria del 939 Studio, un gimnasio de A Coruña en el que se practica este deporte. 

Ella fue pionera en Galicia, comenzó hace diez años y desde entonces las cosas han cambiado mucho. “Entonces estaba muy estigmatizado, pensaban que era una escuela para gogós y estrípers”, explica Ivonne. Ella es jueza internacional de la IPSF, la Federación Internacional de esta disciplina, y una de las fundadoras de la Federación Española, ahora desaparecida. Aspira a que el pole sport continúe creciendo. “Aunque viene del cabaret ha evolucionado muchísimo. Es un deporte muy completo, fortalece todos los músculos. Es parecido a la gimnasia rítmica y artística”, apunta. 

La gente no se atrevía a venir a preguntar

Los inicios no fueron fáciles. “Tenía muy mala prensa, la gente no se atrevía a venir porque no querían que les asociaran con el tema del estriptis. Estábamos en un cuarto piso y la gente subía con miedo”, relata Ivonne. Curiosamente, muchas niñas se interesaban por la disciplina. “Se lo pedían a sus padres y venían a preguntar qué hacíamos exactamente”, cuenta. Al final, hubo casos en los que se apuntaron tanto la niña como la madre. 

Asegura que el boca a boca y las redes sociales le han ayudado mucho a darse a conocer y a que la gente viera en qué consistía realmente: “Ya se practica como deporte, tenemos competiciones oficiales y regladas, un manual por el que guiarnos como deporte. Estamos yendo a Portugal a competir porque en España no hay torneos oficiales porque no hay federación, pero estamos en ello para montarla”. 

Aspira a ser deporte olímpico

El pole sport ya ha dejado atrás la mala fama y no se relaciona con espectáculos eróticos, sino con deporte. Tanto ha crecido que incluso aspira a ser deporte olímpico: “Está en la antesala de entrar en los Juegos Olímpicos. Ha crecido muchísimo el número de practicantes y si sigue subiendo lo valorarán. Está en el penúltimo escalón”, asegura Ivonne. 

La barra en la que se practica se llama tubo, y hay uno fijo y uno giratoria. “Hay que mantenerse un tiempo, hay que usar los dos por igual. Y aunque la gente sigue llamándola barra americana, como las de estriptis de toda la vida, en realidad se denomina tubo”, puntualiza. De hecho, Ivonne confiesa que cuando pensó en diseñar el logo al abrir el gimnasio desechó por completo la idea de incluir un dibujo con la barra, por las malas connotaciones que tenía, pero ahora ese estigma ya está superado. 

Alumnos desde 6 a 63 años

Ivonne bailaba y de forma autodidacta comenzó a aprender  pole dance. Luego se formó en México y Nueva York, donde ya hace años se veía como una disciplina deportiva y artística. Ahora, en Galicia, forma a alumnas para que se conviertan también en profesoras.

En su gimnasio de A Coruña tiene alumnos desde los 6 a los 63 años. “Se adapta a todo tipo de público. Tenemos desde amas de casa a médicos. La gente llega creyendo que no es para ellos  pero con la técnica adecuada se pueden hacer grandes cosas. Es un deporte muy duro pero muy agradecido porque ganas mucha fuerza, flexibilidad y se coge confianza en sí mismo. Combina la parte más artística con la fuerza”. 

Ella tiene alumnas que lo hacen simplemente como una rutina para mantenerse en forma y otras que practican para competir. Y hablamos en femenino porque sí, la mayoría son mujeres, aunque Ivonne tiene también algún alumno. “Los chicos son minoría, pero alguno también. El hombre más mayor tiene cuarenta y pico años. Antes ni de coña se planteaban aparecer por el gimnasio, pero ahora ya pasan de prejuicios”, añade.  

El pole sport trabaja fuerza, coordinación, equilibrio, flexibilidad y concentración. Quienes lo practican dicen que es bueno para el cuerpo pero también para la mente. “Hay alumnas que para complementar el entrenamiento se han montado el tubo en su casa y allí practican también. No es complicado, van a presión”, cuenta Ivonne.

Galicia ha logrado estar a un alto nivel y en el último campeonato que se celebró en Portugal lograron varias medallas. Lo que esperan es lograr más visibilidad y poder tener más apoyos y patrocinadores para desplazarse a las competiciones.