César y Gema, una pedida de mano con anillo incluido bajo las aguas de la ría de Aldán

  • Una pareja de Ponteareas (Pontevedra) protagonizó una original pedida de mano

  • El novio guardó la alianza dentro de un cofre situado en el fondo de la ría de Aldán

  • Su prometida descubrió el anillo mientras practicaba buceo con él por primera vez

Había planeado pedirle matrimonio en un viaje a Vietnam, Laos y Camboya. Sin embargo, al final, esa aventura no pudo ser. Pero César, el novio, no desistió. Empezó a pensar de qué manera podía sorprender a Gema, su pareja. Y entonces se le ocurrió pedirle la mano bajo el mar.

Él es aficionado a la pesca submarina, pero ella no había practicado submarinismo nunca, sólo snorkel. Por eso, se le ocurrió contactar con la empresa ‘Buceo Rías Baixas’ y hacer la peculiar proposición de matrimonio en medio de un ‘bautismo’ de buceo.

No fueron solos a esa clase. También eran partícipes del plan las hermanas de Gema y sus cuñados. “Los lie para la sorpresa, a pesar de que tampoco habían hecho submarinismo nunca”, explica César a NIUS. Planificaron juntos los detalles a espaldas de la novia.

El momento se produjo el pasado domingo, cuando todos nadaban entre caballitos de mar bajo las aguas de la ría de Aldán, en Pontevedra, acompañados por cinco monitores. “Mi mayor temor era que saliese del agua porque tenía frío”, cuenta César.

En el medio de la inmersión, cuando se encontraban a unos seis metros de profundidad, Gema se encontró con un cofre sobre la arena. También, con un mensaje que sujetaban sus hermanas y cuñados: “Gema, ¿te quieres casar conmigo?”, decía.

Una petición tras 15 años de noviazgo

Los protagonistas de esta historia, César y Gema, son de Ponteareas (Pontevedra) y llevan 15 años saliendo juntos.  

César podía tener dudas de si el plan iba a salir bien. Pero no de la respuesta de Gema. Ella, por supuesto, dijo sí a su petición.

Dentro del cofre había fotos de ambos y también un anillo. Una alianza que logró ponerle bajo el agua, no sin dificultades y en el dedo meñique, tras comprobar que no le entraba en el anular.

“Ella no contaba para nada con eso. Se puso muy nerviosa”, reconoce César. Todavía no hay una fecha fijada para la boda. Pero dicen que será, seguro, el año que viene