SOS desde una escuela rural de Padrón (A Coruña). Una madre ha publicado un anuncio en internet para tratar de conseguir niños que se matriculen en el CEIP de Pousada de Carcacía. El centro podría cerrar sus puertas este año si no se consiguen alumnos.
La Consellería de Educación fija un mínimo de seis niños para dar continuidad a escuelas y colegios. Sin embargo, por ahora, solo tienen tres escolares garantizados para el próximo curso.
La escuela tiene una unidad mixta de Infantil y Primaria (primero y segundo curso). Ahora mismo hay siete alumnos, pero el problema es que cuatro de ellos pasan este año a tercero de Primaria y no hay relevo.
La crisis demográfica está pasando factura a colegios rurales que, hace unos años, estaban llenos de niños. “Aquí llegamos a tener unidades completas con 20 niños”, cuenta a NIUS Teresa, la profesora que imparte clases en el centro. Lleva allí desde el año 1991 y este curso se jubila.
El plazo de matrícula será del 20 al 30 de este mes. Los padres de los niños que se quedan e, incluso, algunos de los que se van, están moviendo cielo y tierra para conseguir matrículas. Hasta el punto de que una de las madres ha puesto una publicidad en 'Tablón de Anuncios' para conseguirlo.
“Necesitamos niños para que se matriculen en el CEIP de Pousada de Carcacía. Es un colegio precioso con muchísimas ventajas. Pero lo quieren cerrar por falta de matrículas. Necesitamos tu ayuda. No queremos que se cierren las escuelas rurales que tanto ha costado conseguir. Tiene de todo. Es un colegio único. Por favor, ayúdanos”, dice la publicación.
La caída de alumnos ya viene de atrás. En 2018, la baja matrícula obligó a unificar las dos aulas que había de Infantil y Primaria en una sola.
Todo ello a pesar de contar con unas instalaciones totalmente renovadas. “Es un colegio que tuvo una dotación económica importante en los últimos años. Dispone de un equipamiento informático extraordinario, una biblioteca integrada en el PLAMBE (algo único en una escuela rural) patios escolares, parque infantil, calefacción... Es que tenemos de todo”, apunta Teresa.
Además de ello, hay que destacar el sistema de enseñanza, más personalizado al haber menos alumnos. “La atención es individualizada y se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño”, destaca esta profesora. Es, además, una escuela 'familiar'. “Está siempre abierta a las familias, que colaboran, por ejemplo, en la celebración del carnaval o el magosto”.
Tienen hasta finales de mes para salvar la escuela. Cruzan los dedos para que padres de la zona se animen a apostar por ella y, así, evitar su cierre.