El Camino "sanador" de 14 madres que perdieron a sus hijos por el cáncer
Un grupo de madres cuyos hijos murieron recientemente por la enfermedad completan el Camino de Santiago
Lo hacen como una forma de sobrellevar el duelo pero, también, para reivindicar más investigación para el cáncer infantil
Daniela, una de esas mamás, perdió a su hija Corina, de 9 años, hace tres meses por un cáncer de huesos
Daniela camina hacia Santiago de Compostela con la imagen de Corina en su camiseta. ‘Cori’, como ella la llamaba, era su hija y falleció hace solo tres meses, después de varios años luchando contra un osteosarcoma, un cáncer de huesos. Tenía solo nueve años.
Ella es una de las 14 madres que recorren estos días el Camino de Santiago visibilizando el cáncer infantil. Todas ellas comparten la dolorosa experiencia de haber perdido recientemente a sus hijos por culpa de esta enfermedad. “Compartir nuestra tristeza está siendo muy sanador”, cuenta Daniela a NIUS.
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Empezaron la peregrinación hacia Santiago el pasado lunes en Sarria (Lugo). Allí llegaron desde diferentes puntos de España. Almería, Bilbao, Madrid, Benidorm, Málaga... “Nos conocimos a través de un grupo de WhatsApp que una mamá decidió crear como terapia de duelo”, explica esta madre. En ese chat son, ahora, unas 50 mamás.
Sus conversaciones, hasta ahora, siempre habían sido virtuales. Nunca se habían reunido de forma presencial. Este verano se les ocurrió que podían hacer el Camino de Santiago. No solo para conocerse físicamente, sino para reivindicar a lo largo del recorrido que hay que invertir más en la investigación del cáncer infantil.
“Nuestros niños se fueron, pero no se fueron para nada… Sus madres están aquí para que a nadie se le olvide lo que pasó. Que les tuvimos que dejar marchar por falta de investigación”, dicen estas madres.
“No queremos que otros niños pasen por esto”
Detrás de cada una de estas madres coraje hay historias muy duras. La de Pol, que falleció con una leucemia linfoblástica aguda con 18 meses; la de Celia, que murió con seis años a causa de un Sarcoma de Ewing en la pelvis; o la de Irene, que con dos años y medio no pudo superar un tumor cerebral.
“No hay nada peor que perder un hijo, es lo peor que le puede pasar a una persona”, dice Daniela, quien procede de Madrid. A su hija Corina le detectaron la enfermedad en 2019, con solo seis años. “Todo empezó con un dolor en la rodilla derecha”, cuenta. Ese dolor que inicialmente los médicos pensaban que podía ser por el crecimiento era, en realidad, un cáncer de huesos.
“Se sometió a una cirugía para quitar el tumor de la pierna y estuvo un año sin cáncer”. Sin embargo, en 2021, en una prueba de control, los médicos vieron que el cáncer se había reproducido por otras partes de su cuerpo. “Nos dijeron que no había nada que hacer, que no existía un tratamiento que pudiese curarla”, relata esta madre. Unos meses después, después de mucho sufrimiento, murió.
“No queremos que otros niños pasen por esto. Hay que pedir más investigación”, recalca Daniela, quien explica que muchos de estos niños fueron tratados con agresivos tratamientos de adultos que los llevaron a la muerte. “Hoy en día hay niños que reciben los mismos tratamientos que se daban hace 30 o 40 años con efectos secundarios que son demoledores”, explica.
Este viernes, este grupo de madres llegará a la meta de su camino, a la Plaza del Obradoiro. Lo harán tras recorrer más de cien kilómetros y tras haber cumplido su cometido: el de pedir más apoyos para la investigación del cáncer infantil. “Por nuestros hijos, por los que pelean cada día y, desgraciadamente, por los que se irán”, dicen.