A un lado, los agentes de la Ertzaintza desplegados y armados. Al otro, decenas de jóvenes, muchos de ellos encapuchados. Los primeros, procediendo al desalojo y cierre, ordenado por un juez, de un local ocupado. Los segundos, defendiendo el gaztetxe Etxarri. La imagen captada, este viernes 4 de abril en Rekalde, recuerda a la que se vivió en este mismo barrio bilbaíno en septiembre de 2011, durante el desalojo del emblemático gaztetxe Kukutza III.

14 años después, el mismo barrio de Bilbao, vive una nueva batalla campal con un gaztetxe como protagonista. Pero, ¿Qué es un gaztetxe? Literalmente, el diccionario Elhuyar lo define como “centro o casa donde se reúnen los jóvenes para realizar diversas actividades, como fiestas, exposiciones o grabaciones”. Se trata de un centro social ocupado y en Euskadi, son muchos los pueblos y ciudades que cuentan con uno de estos espacios que se erigen en alma de la autogestión y la organización popular.

En Bilbao, uno de los más célebres fue el gaztetxe Kukutza III, que ocupó, desde 1998, la antigua fábrica Cerezo hasta que, en septiembre de 2011, fue desalojado y posteriormente demolido para la construcción de viviendas. También entonces, la violencia estalló en la Villa y se produjeron enfrentamientos y detenciones.

Aquel desalojo dejó al barrio sin su principal espacio juvenil, y parte de la juventud de Rekalde decidió organizarse para ocupar un pabellón vacío tres años después. Etxarri nació así como respuesta a la pérdida de Kukutza III y se convirtió en un espacio alternativo de ocio y socialización, donde se han ido organizando diferentes actividades culturales y sociales. Ahora, la justicia ha ordenado su clausura porque los propietarios del edificio pretenden construir un bloque de viviendas, con más de un centenar de pisos.

En los últimos años, la defensa de estos espacios de autogestión cultural y reapropiación social frente a desalojos y demoliciones, ha llevado a protagonizar todo tipo de protestas, como la que tuvo lugar a principios de 2024 en Zestoa, ante el intento de la Iglesia de desalojar el gaztetxe que ocupaba el edificio anexo a la parroquia del pueblo y propiedad de la Diócesis de Guipúzcoa. Entonces, con la intención de hacer desistir a la Iglesia de su intento de echarles, han promovido la mayor apostasía colectiva del País Vasco, con 700 solicitudes para abandonar la doctrina católica. Además, varios jóvenes vestidos de blanco y enmascarados lanzaron billetes falsos, durante la celebración de una misa.

En noviembre del año pasado, cientos de personas se movilizaron en defensa de los centros sociales Txirbilenea, en Sestao, y Sastraka, en Portugalete.

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