Junto a la fachada de piedra de la vivienda unifamiliar de Zumarraga (Guipúzcoa), contra la que este lunes 24 impactaba mortalmente un conductor, aún quedan los restos del vehículo siniestrado.

Los Bomberos de Gipuzkoa optaron por dejarlos sumergidos en agua en el interior de un gran contenedor de color rojo que aguarda este martes en la escena del siniestro. En el lugar, 24 horas después, el fuerte olor a quemado da una idea del importante incendio que se desató tras el choque.

Se da la circunstancia de que el turismo siniestrado era un vehículo híbrido, es decir, que combina gasolina y electricidad para mejorar la eficiencia del combustible. Esa mezcla genera un calor crucial para el funcionamiento de los coches híbridos, aunque también supone un riesgo para la batería de litio.

Los profesionales en la extinción de fuegos saben que las baterías de litio, incluso una vez apagadas, pueden volver a encenderse, de ahí, que, en este caso, decidieran sumergir los restos del vehículo en un depósito con agua.

El accidente se registró este lunes 24, pasadas las 09:00 horas de la mañana, en la carretera GI-2632, a la altura de la localidad de Zumarraga, en sentido Ezkio-Itxaso. Por causas que se desconocen, un turismo que circulaba por esta vía sufrió una salida de calzada y chocó contra un caserío abandonado, generándose un incendio en el vehículo.

El médico que se desplazó hasta el lugar del accidente solo pudo certificar la muerte del único ocupante del coche. Tras el siniestro, la vía tuvo que ser cortada al tráfico durante varias horas. La Ertzaintza ha abierto una investigación para tratar de esclarecer las circunstancias en las que se produjo el trágico accidente.

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