Un pitido constante y estridente que “supera los 70 decibelios” y que suena ininterrumpidamente, ya sea de día o de noche, durante las 24 horas del día, los siete días de la semana, desde hace seis meses. En concreto, desde el pasado 25 de agosto, una fecha grabada a fuego entre los vecinos del barrio de Lutxana, porque aquel día se acabó la paz. “Estamos desesperados”, protesta Izaskun Álvarez, portavoz de la Asociación de Vecinos Villamor, que define la situación de los vecinos como de “desamparo total”.

La fábrica Gases Oxinorte lleva ubicada en el mismo sitio más de seis décadas, se trata de una empresa química que suministra oxígeno y nitrógeno para usos hospitalarios y cuenta con una instalación de licuefacción de nitrógeno, con la que se produce ese nitrógeno y oxígeno líquido y oxígeno medicinal. Ya antes se habían producido quejas por ruidos, pero nunca, antes de ese 25 de agosto, la situación había llegado a este límite.

En un principio, la fábrica química apuntó a que se trataba de un incidente puntual, “entonces pararon dos días” y dijeron que “en 15 días lo arreglaban”.

Aquel primer plazo se amplió otros 15 días más y la solución no llegaba. “Empezaron a hablar de que había que poner una pieza nueva” y, mientras tanto, el pitido comenzaba a ocasionar las primeras afecciones en la salud de los vecinos de los edificios residenciales que rodean la fábrica. “Estamos soportando 70 decibelios las 24 horas del día, cuando de noche no se deberían superar los 25/30”, clama Izaskun.

Tras medio año “sin poder descansar”, son muchos los vecinos que refieren “fuertes dolores de cabeza e irritabilidad”, como consecuencia del ruido procedente de Oxinorte. Desesperados y “enfadados”, reclaman al Ayuntamiento de Barakaldo que ponga final a su pesadilla. Mientras tanto, ellos han retomado las movilizaciones.

El pasado mes de noviembre, el Ayuntamiento abrió un expediente sancionador a la empresa por “incumplir de manera reiterada la normativa vigente” y se le imponía una multa de 11.800 euros y el cierre nocturno durante tres meses. Sin embargo, “no se ha ejecutado”, porque Oxinorte presentó alegaciones, entre otras cosas, porque no está de acuerdo con las mediciones llevadas a cabo. Los técnicos municipales estudian los argumentos de la empresa y mientras tanto, todo sigue igual.

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