Un matrimonio de Guipúzcoa suma 230 donaciones de sangre durante casi 50 años: "Solo la edad nos ha frenado"

Este 2025, las reservas de sangre en Euskadi sufren, como cada año por estas fechas, la resaca de las fiestas navideñas. El stock se resiente por la reducción de extracciones durante la Navidad y por la alta incidencia de la gripe que está afectando a los donantes habituales. El Departamento vasco de Salud y Osakidetza han realizado este mismo jueves un llamamiento urgente a la ciudadanía para donar sangre de cinco grupos sanguíneos:  0+, 0-, A+, A- y B-. 

“La sangre que se necesita en los hospitales no se puede fabricar, por eso es tan importante tener claro que hay que dar sangre”, dice Axun Goikoetxea, una guipuzcoana que a lo largo de su vida ha donado sangre 110 veces. El Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos se encarga de distribuir por los hospitales vascos los componentes de la sangre que se emplean en operaciones y tratamientos como el cáncer.

La primera vez que lo hizo fue en 1974, cuando por primera vez una unidad móvil de la Asociación de Donantes de Sangre se acercó a Legorreta, su pueblo. Entonces, tanto Axun como su marido Miguel Ángel eran solo unos veinteañeros, pero “tuvimos clarísimo que había que ir”.

Aquel primer pinchazo, aquella primera extracción, dieron paso a toda una vida como donantes de sangre. Entre los dos acumulan 230 donaciones y junto a sus hijos ya superan las 300. “Solo hemos dejado de donar cuando a mi marido le operaron en dos ocasiones de la cadera y yo durante los embarazos”, recuerda, "lo demás sin fallar". Ellos no han necesitado una transfusión, pero "sí tenemos gente cercana que las ha necesitado".

Una donación, tres vidas

En casa de los Amenabarro Goikoetxea la costumbre de donar sangre, un máximo de cuatro veces al año los varones y de tres las mujeres, no se limita a Axun y Miguel Ángel, sus hijos Manex y Zelai “en cuanto cumplieron los 18 años”, edad a partir de la cual es posible empezar a donar sangre, no lo dudaron y continuaron con el legado familiar. “A los nietos, aunque todavía no pueden, les estamos ya concienciando”, advierte Axun, convencida de que la información es el arma más poderosa contra el “miedo” y el “desconocimiento” que impide a muchos hacerse donantes: “Es muy sencillo, es cuestión de ir y probar”. A lo largo de 2024, 46.844 personas donaron sangre en el País Vasco, en total se contabilizaron 79.032 extracciones.

Esta guipuzcoana recuerda con especial cariño las tertulias posteriores a la extracción de sangre, durante el refrigerio que se ofrece a los donantes para recuperar fuerzas, en ese momento “sientes satisfacción y ganas de repetir”.

Y ahí, está la clave, en repetir, porque la sangre caduca y las donaciones son necesarias de forma constante porque la actividad sanitaria no cesa y la sangre es necesaria para llevar a cabo transfusiones a personas que sufren accidentes, durante las cirugías y en el tratamiento de enfermedades como el cáncer o la anemia.

“Una donación puede salvar tres vidas”, recuerda Axun, que ha dado muchos litros de su sangre hasta que hace cinco años, cumplió 70. Solo la edad pudo poner frenar a la solidaridad de este matrimonio, al menos en forma de extracciones de sangre, porque “yo no pierdo oportunidad de seguir animando a la gente a que done sangre” porque “una donación puede salvar tres vidas”. Durante el año pasado, 30.000 personas se beneficiaron de las donaciones de sangre.

Hace 60 años que se reunió por primera vez la junta de la Asociación de Donantes de Sangre de Gipuzkoa. Desde entonces, en la provincia ha habido más de 100.000 donantes y se han realizado más de un millón de donaciones que han ayudado a más de dos millones de personas en algún momento de su vida.

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