Stepan Tsirkin, el 'Iñaki Perurena' siberiano que levanta piedras en Guipúzcoa: "En Tomks nunca oí hablar de los harrijasotzailes"

La ‘ts’ de su apellido suena más a ruso que a euskera, pero ¡quién lo diría viendo como levanta piedras!. Antes de llegar a Guipúzcoa, hace ya 13 años, Stepan Tsirkin no había oído hablar nunca de los harrijasotzailes (levantadores de piedras en el deporte rural vasco), lo más parecido que había practicado, en su Tomks natal, era la halterofilia “y no tienen nada que ver, la técnica es muy diferente”.

Sin embargo, a este físico ruso hace un par de años le tentó probar la disciplina que hizo famoso a Iñaki Perurena y hete aquí que le enganchó. “Quería probar algo distinto y esto lo es”, admite.

Antes de levantar piedras, Stepan ya se había zambullido de lleno en otras costumbres ‘made in’ Euskadi, como la degustación de chuleta o el ‘txotx’ de las sidrerías guipuzcoanas. De ambas se confiesa un fiel seguidor, aunque ha sido su incursión en el tradicional mundo del deporte rural vasco, en la modalidad de ‘Harrijasotzea’ o ‘harrijasoketa’, lo que ha hecho que muchos se pregunten quién es este perurena siberiano.

Un físico levantando piedras

A Stepan, que trabaja como investigador de Ikerbasque, en el Centro de Física de Materiales estudiando las propiedades de los materiales en el transporte electrónico, los cálculos matemáticos de poco le sirven a la hora de alzar piedras de 200 kilos, porque “esto es más práctica que teoría”, advierte entre risas.

La fuerza, la resistencia muscular y la capacidad de sufrimiento son algunos de los requisitos básicos de este deporte, al que entrena una vez a la semana “y no todas”. Ya ha participado en competiciones. Lo hizo, por última vez, el pasado 14 de diciembre, en el 'Campeonato de Piedras Grandes de Euskal Herria' que se celebró en Asteasu (Guipúzcoa) y donde Urdax Magunazelaia (Abadiño, 1997) se coronó como campeón y Stepan logró el séptimo puesto: “Conseguí alzar tres veces la piedra de 200 kilos en tres minutos”, rememora.

Durante los entrenamientos ha llegado a levantar piedras de 240 kilos y confiesa que, entre las piedras de diferentes formas, dimensiones y pesos, la cúbica es la que menos le agrada y la define como “rara”. Asombrado aún por la cantidad de público que acude a estas citas en Euskadi, asegura que la afición de los vascos le ayuda a superarse en las competiciones, aunque de momento no ha fijado en su calendario ninguna otra.

Stepan que “hace mucho tiempo” que no regresa a Siberia, ha encontrado en Guipúzcoa su nuevo hogar, aquí está su familia (mujer y dos hijos), su trabajo como investigador y su nueva afición como harrijasotzaile. Una disciplina deportiva vasca en la que este físico ruso se va haciendo hueco.

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