Asier lleva ocho años encarnando a Aker, la mascota del Baskonia: "No es solo un disfraz, es el alma del equipo"

  • Asier Ricarte, de 31 años, ha pasado los últimos ocho encarnando a Aker en el Buesa

  • Aker es la mascota más veterana de la ACB

  • Más de 50 solicitudes han llegado para sustituir a Ricarte en el papel del carnero baskonista

Durante los últimos ocho años, el vitoriano Asier Ricarte se ha metido en la piel de Aker, la mascota del Club Deportivo Baskonia. En cada uno de los encuentros disputados por el equipo de baloncesto vitoriano, en el Buesa Arena, ha saltado a la cancha como el sexto miembro del equipo, tan querido o más por los espectadores, que los propios jugadores.

Un trabajo que comenzó “casi por casualidad” y que ha compaginado durante todos estos años con diversos trabajos, hasta que “otros proyectos” le han impedido seguir encarnando a Aker. Asier, de 31 años de edad, se marcha, pero Aker no piensa jubilarse, por lo que ya se busca quien represente “al alma del Baskonia”.

Decir adiós no ha sido fácil para Asier, “porque esto es mucho más que ponerse un disfraz”, aclara Asier, que advierte que para ejercer de Aker “hay que tener alma baskonista”.

La tarea, a priori, parece sencilla: “Hay que tener ganas, ser divertido y bromista”, enumera Asier, que admite que en su papel de Aker a él le ha gustado siempre “ser un poco vacilón”, por ejemplo, “más de una vez le he quitado el móvil a algún espectador que no paraba de mirarlo”, desvela divertido.

Sin ver ni hablar

Pero como en todo, los candidatos a sustituirle deben saber que encarnar a la icónica mascota baskonista, “te exige físicamente mucho”. Sí, porque la cabeza del carnero “pesa lo suyo”, aunque lo peor no es eso, sino que “llevas ese peso encima durante dos horas”. Pese al calor, “que hace que sudes mucho con el disfraz”, y el consecuente, “olor a humanidad, al que te acostumbras”, lo más complicado, según Asier, es la escasa visibilidad que tienes con el disfraz puesto: “Miras a través de una rejilla, colocada en la boca de la mascota, y se ve muy poco”, admite.

Tal vez teniendo en cuenta todo esto, los aficionados puedan poner aún más en valor, el trabajo desempeñado por la mascota más veterana de la liga ACB durante los partidos. “Una hora y media antes del partido hacemos una reunión de escaleta, después me voy al vestuario a cambiarme y 40 minutos antes del partido salto a la cancha”, relata.

Sin casi ver y “sin hablar”, el disfraz ha puesto en estos años a prueba las dotes de actor de este vitoriano que ha seguido la filosofía de “exagerar” y “gesticular mucho”, ganándose el cariño hasta de los aficionados rivales. Hacer “el gamba”, sacarse fotos con los espectadores, amenizar la espera antes del encuentro y animar desde un ‘corner’ son las funciones de la mascota, adorada por los niños, “cuyas caras y reacciones han sido de lo mejor de este trabajo” y también por los adultos, que “a veces, son muy intensos”, dice Asier, entre risas.

Las anécdotas en estos ocho años han sido muchas y eso hace que Asier se vaya con un regusto de tristeza por dejar atrás su etapa como Aker, pero con ilusión por vivir los partidos de otra manera, “soy del Baskonia de toda la vida y ahora voy a vivirlos más tranquilo”.

Al menos, medio centenar de solicitudes han llegado al club desde que se anunciara la ‘jubilación’ de Asier Ricarte, entre los currículos recibidos, los hay de hombres y mujeres dispuestos a pasar el casting para ser el nuevo Aker y poner su pequeño granito de arena en la historia del club azulgrana.

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