Culpable de homicidio imprudente grave por la muerte del menor donostiarra Santi Coca, tras recibir una brutal paliza por un paquete de tabaco, en 2019. Así ha declarado el jurado popular a ‘El Argelino’, como se le conoce al último acusado en rendir cuentas ante la justicia por aquel crimen.
El juez ha decretado su libertad provisional, al haber cumplido la mayor parte de la pena que reclama la Fiscalía y la acusación popular, y que asciende a 4 años de prisión. El ahora condenado, que huyó y fue localizado en Francia, lleva dos años y nueve meses privado de libertad.
Al acusado se le ha aplicado la atenuante de intoxicación etílica y cannabis, y se le ha condenado por un delito de lesiones leves a Iker Coca, hermano de la víctima de este crimen.
Un día ha necesitado el jurado popular para declararle culpable al concluir que el acusado propinó "golpes con violencia" a Santi Coca y le condujo hacia la pared donde "cayó al suelo". Entienden que el acusado lo veía “como una pelea más” y que "no se le representó la posibilidad de que pudiera morir".
Santi Coca recibió patadas y golpes por todo el cuerpo y la cabeza, a pesar de estar ya tirado en el suelo. Dos días después, el menor fallecía en el Hospital Donostia, a consecuencia de una grave hemorragia cerebral que, en opinión del tribunal, "tiene su origen en los golpes", que recibió por los implicados en la agresión, no solo de los del acusado.
Se trata del segundo juicio que se celebra en San Sebastián en relación con este crimen, ya que durante el primero, el ahora condenado estaba en paradero desconocido tras darse a la fuga. Tras más de un año desaparecido, fue detenido al sur de Francia, a finales de febrero. Desde entonces había permanecido en prisión, a la espera del nuevo juicio.
Se enfrentaba a 20 años de prisión por un delito de asesinato, aunque finalmente ha sido declarado culpable de homicidio imprudente grave. El juez ha decretado la libertad provisional para el acusado por esta causa, al haber cumplido ya la mayor parte de la pena que reclaman la Fiscalía y la acusación popular y que asciende a cuatro años. Sin embargo, su reclusión podría prolongarse si tiene otras causas pendientes.
En el primer proceso, se sentaron en el banquillo cinco acusados por el asesinato del menor donostiarra de 17 años. Solo uno de ellos fue declarado culpable y le condenaron a tres años y medio de prisión. Otros tres procesados fueron absueltos al no considerarse acreditada su participación en la agresión, mientras que un cuarto joven fue absuelto durante la vista oral tras constatarse que no había participado en los hechos.
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