Al vitoriano David Fernández la idea se le ocurrió pedaleando: “Cada vez que cogía la bici era más consciente de los riesgos del tráfico compartido, así que empecé a pensar en soluciones”. Este emprendedor y fundador de la empresa Blink Saddles se bajó de la bici y comenzó a idear algo que “hasta ahora no existía” y que buscaba aportar mayor seguridad a los ciclistas en vías urbanas e interurbanas: un sistema de señalización integrada en sillines de bicicleta.
"La iluminación en sillines existía, pero no la posibilidad de avisar al resto de nuestros movimientos mediante la señalización luminosa", puntualiza. La idea de Fernández ha sido crear una amplia gama de sillines, capaces de adaptarse a los diferentes usos de la bici, “ya sea de entrenamiento deportivo, carretera o bici de paseo”, que llevan el dispositivo integrado.
Mediante un mando a distancia, que se controla desde el manillar, el ciclista puede activar los intermitentes, la luz de posición, las de emergencia o el timbre, “mientras que la luz de frenada se activa automáticamente”.
Todas las luces están dotadas de tecnología Glare-free, es decir, que evitan los incómodos y peligrosos reflejos a otros conductores. Además, disponen de tecnología de visibilidad 270 grados para que el resto de vehículos puedan apreciarlas en cualquier giro del ciclista.
El objetivo es desterrar prácticas poco seguras como la de “sacar el brazo para avisar al resto de vehículos de que queremos cambiar de dirección”, explica Fernández, que califica ese modo de avisar de “obsoleto” y “peligroso”, ya que “te puede desestabilizar y ser causa de accidente, sobre todo en zonas de tráfico compartido”.
Estos sillines, que están en proceso para empezar a ser comercializados, no sacrifican la comodidad en favor de la seguridad. Así, en un mundo en el que el peso de las bicicletas, cada vez fabricadas con materiales más ligeros, es importante para los usuarios, el sistema de Blink Saddles solo aumenta en 20 gramos el peso de un sillín convencional.
El proceso no ha sido sencillo y ha requerido de muchas horas de análisis de mercado, estudio de materiales e investigación de tecnologías disponibles hasta que el fundador de la 'startup' vitoriana Blink Saddles ha logrado dar forma a su proyecto, que ya cuenta con la patente en España y en Europa. Además, la idea de este emprendedor ha recibido ya varios premios y reconocimientos.
“Ha sido un proceso terrible, muy complejo”, se sincera este inventor, que admite que su sistema pretende aumentar la seguridad de los ciclistas que circulan tanto en carretera como en núcleos urbanos. Se trata de que, al igual que el conductor de un coche activa los intermitentes para advertir al resto de sus movimientos, los usuarios de bicicletas puedan hacer lo mismo con un sencillo gesto desde el manillar. Un invento 'made in' Euskadi que llega para revolucionar la circulación.
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