A la donostiarra Ainara Sola, la sonrisa aún no se le ha borrado de la cara desde que ayer por la tarde el mismísimo capitán Jack Sparrow, de la saga Piratas del Caribe, se acercara hasta el Hospital Donostia y entrara en la habitación donde permanece ingresado su pequeño de cinco años. Una visita que "te saca del pozo donde estás", resume. Así lo han contado en el vídeo Rocío González y Nerea Larriu.
Luken se encontraba acompañado de su aita, su ama y otra familiar cuando una enfermera entró y les anunció que iba a entrar Johnny Depp disfrazado de Jack Sparrow. “Nos imaginábamos a un animador disfrazado”.
Se oyó un revuelo, se abrió la puerta y, para sorpresa de Luken y su familia, ante ellos apareció el mismísimo Capitán Sparrow, “el auténtico”.
Muy lejos del glamour del Festival de Cine de San Sebastián, de las premieres y las alfombras rojas, el pirata más famoso del celuloide visitó el área de Pediatría y Oncología del Hospital Donostia. Hubo algún susto entre los más pequeños al ver a un pirata frente a ellos, pero ni una sola lágrima. “Todo eran sonrisas y caras alegres”, recuerda aún emocionada Estitxu Arguelles, coordinadora de pediatría de enfermería.
A Ainara, aún le dura la impresión. “Fue increíble, una pasada”, dice recordando los gestos, la forma de moverse y de hablar del personaje: “Es que era él, el personaje tal cual, Johnny Depp, no sé dónde se quedó”, bromea.
Mientras la visita dejaba boquiabiertos a los adultos, a Luken, menos familiarizado con el personaje en cuestión, que un pirata entrara a media tarde en su habitación fue lo más, porque “le encantan los piratas” y porque además, Sparrow le trajo de regalo un coche de carreras teledirigido que no ha soltado ni para dormir.
Durante el rato que estuvo junto a su hijo, el actor estadounidense Johnny Depp, caracterizado como el fanfarrón pirata al que ha dado vida en las cinco películas de la saga Piratas del Caribe, le contó “que le faltaban unos dientes o que había vendido el barco para comprarse no sé qué”, y en ese ambiente de cercanía, Sparrow “estuvo tirándose pedos” despertando las risas de Luken y de los adultos presentes.
Menos mal, que el Capitán Sparrow está acostumbrado a escapar de las situaciones más enrevesadas de la manera más inesperada. Esta vez también lo logró. Se fue del Hospital Donostia habiendo cosechado sonrisas y alegría entre los pequeños pacientes y sus familias, en un momento complicado de sus vidas: “Te saca de la rutina, del pozo donde estás y se te olvida un poco por qué estás aquí”, resumía Ainara.
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