La suspensión cautelar del ertzaina que cambió de sexo y amenazó a su mujer en Donostia no impide que siga cobrando
El consejero de Seguridad admite que cobra retribuciones básicas y ayuda familiar
A pesar de estar apartado del servicio, la suspensión es, de momento, cautelar
El entorno del ertzaina, acusado de agredir con un cuchillo a su mujer, sospecha que cambió de sexo como estrategia
El ertzaina, que intentó agredir a su mujer con un cuchillo en Donostia y que se cambió de sexo en el registro civil, permanece desde agosto apartado del servicio, a la espera de lo que resuelvan los tribunales. Pero, esa suspensión no significa que no siga cobrando dinero público.
De hecho, según ha hecho público el propio Gobierno Vasco, el agente está cobrando las retribuciones básicas y la ayuda familiar.
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El consejero de Seguridad del Ejecutivo Autonómico, Bingen Zupiria, según recoge El Correo, en respuesta a una pregunta de EH Bildu en el Parlamento Vasco aclaraba que, a pesar de tener abierto un expediente disciplinario y de que está suspendido de forma cautelar del servicio al existir una causa judicial abierta, “tiene derecho a percibir sus retribuciones básicas y ayuda familiar”. La clave radica precisamente en que la suspensión de su cargo es, de momento, cautelar.
El inesperado giro de guion
Los hechos ocurrieron el pasado mes de agosto. Una mujer se acercó de madrugada a una patrulla de la Ertzaintza, en San Sebastián, para denunciar que su marido había intentado agredirla con un cuchillo. Las amenazas se produjeron en el interior del domicilio de la pareja, en el barrio donostiarra de Txomin, y en presencia de sus dos hijas pequeñas. La mujer logró escapar con un bebé en brazos y pedir ayuda.
El hombre fue detenido y poco después se supo que meses antes había cambiado de sexo en el registro. Se desataron entonces las sospechas de que ese movimiento pudiera responder a una estrategia para evitar ser juzgado por violencia machista.
Lo cierto es que en el momento del intento de agresión a su mujer, este agente llevaba varios meses de baja, pero en todo ese tiempo no había cambiado de nombre ni de apariencia física.
En un principio, el juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián asumió el caso, aunque a principios de septiembre, decidió inhibirse en favor del juzgado de violencia contra la mujer.
A penas, unos días después de los hechos denunciados y de la detención del agente, este fue apartado del servicio a la espera de lo que determinaran los tribunales, ya que la normativa interna disciplinaria de la Ertzaintza contempla estos hechos como “motivo de falta grave y posible expulsión".
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