Una sentencia reconoce como accidente laboral las secuelas por covid de una sanitaria de Osakidetza
El contagio se produjo en 2020 durante la crisis sanitaria y en el ejercicio de sus funciones
El fallo acreditada "la relación de causalidad de la infección con su situación actual de salud"
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Una sentencia judicial de primera instancia reconoce como accidente de trabajo las secuelas de una trabajadora de Osakidetza tras infectarse de coronavirus en su puesto de trabajo, según el sindicato ESK.
Un juzgado ha reconocido como accidente laboral las secuelas de salud que sufre una profesional sanitaria vizcaína tras contagiarse de covid mientras trabajaba en el Hospital de Cruces (Barakaldo, Vizcaya) en abril de 2020. Cuatro años después de infectarse, esta técnico en cuidados auxiliares de enfermería no ha vuelto a ser la misma.
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El contagio de esta trabajadora se produjo en 2020 durante la crisis sanitaria en el ejercicio de sus funciones y en la sentencia ha quedado acreditada "la relación de causalidad de la infección con su situación actual de salud".
En el peor momento de la pandemia
En este sentido, "han tenido que ser los tribunales los que dejen claro lo que todos sabíamos. Nos alegramos de que por fin se reconozca que este tipo de secuelas están directamente relacionadas con el trabajo que compañeros han realizado, con precarios equipos de protección en muchas ocasiones, en los peores momentos de la pandemia", aseguran desde el sindicato ESK.
La sentencia, pionera en el Estado, podría sentar jurisprudencia en caso de hacerse firme. De momento, aún podría ser recurrida. Así, este sindicato advierte en un comunicado que si Osakidetza o Mutualia recurren el fallo judicial corroborarían que la actitud que mantienen el Servicio Vasco de Salud y la aseguradora con sus trabajadoras es "contraria a la defensa de la salud" y ha animado a que, en vez de “emplear recursos para evitar que se reconozcan estas secuelas como accidente de trabajo los emplee en proteger la salud de la plantilla".
Durante estos años, a pesar de los síntomas que manifestaban el deterioro de su salud, esta sanitaria ha mantenido la esperanza de poder volver a trabajar. Sin embargo, su situación es tal que la propia Diputación Foral de Vizcaya le concedió una discapacidad y ahora se plantea solicitar la incapacidad absoluta.
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