Durante 35 años trabajó en Forjas Alavesas-Acenor-Sidenor, hasta que en 2008 se prejubiló. Solo 11 años después falleció como consecuencia de un cáncer provocado por el amianto inhalado. Ahora, su viuda y sus hijos serán indemnizados con 277.191,45 euros. Recientemente, una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) condenó a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre a indemnizar a la familia de un fallecido por amianto.
En el caso de Vitoria, el Juzgado de lo social número 2 de la capital alavesa ha condenado a Sidenor y Cofivacasa al considerar que el fallecimiento de este empleado fue consecuencia de una enfermedad profesional. La sentencia rechaza la pretensión de las empresas de reducir su responsabilidad aludiendo al consumo de tabaco por parte del fallecido.
En este sentido, según publica El Correo, las firmas ahora condenadas reclamaron que la responsabilidad se graduase al 50% y el juzgado les responde que “resulta irrelevante que fuera fumador”, ya que “se trata de una contingencia profesional con suficiente entidad para generar la incapacidad y su muerte”.
Durante su trayectoria laboral, el empleado no contó ni con medidas de seguridad, como EPIS, ni con información sobre el riesgo que suponía para la salud estar expuesto al amianto. Un material con el que estuvo en contacto y que inhaló durante todos aquellos años.
Sidenor y Cofivacasa no protegieron, según el fallo judicial, la salud y seguridad de su empleado. Ahora, cinco años después de su fallecimiento por un adenocarcinoma pulmonar en 'estadio IV' con afectación pleuropulmonar bilateral, ganglionar múltiple y ósea, deberán indemnizar a su familia.
Las propiedades del asbesto o amianto, capaz de resistir al calor y la corrosión, lo convirtieron en un material muy empleado en productos comerciales, como materiales a prueba de fuego y de aislamiento, frenos de automóviles y materiales para paneles de yeso.
El riesgo de este grupo de minerales fibrosos es que si los productos que contienen asbesto son alterados, se liberan al aire fibras pequeñas de asbesto. Cuando se inhalan fibras de asbesto, estas pueden quedar en los pulmones y permanecer allí por largo tiempo. Con el tiempo, las fibras de asbesto acumuladas pueden provocar inflamación y cicatrización de tejido, lo cual puede afectar la respiración y causar problemas graves de salud.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, el mayor riesgo lo sufren las personas que han tenido una exposición frecuente al asbesto, a menudo en su trabajo, por contacto directo con el material o por exposición considerable en el medio ambiente. La exposición al asbesto “se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de pulmón y mestelioma”, concluyen.
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