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El ertzaina que intentó agredir el pasado sábado en San Sebastián con un cuchillo a su mujer y que se cambió de sexo en noviembre de 2023 en el Registro Civil ha sido apartado del servicio, a la espera de lo que determinen los tribunales, ya que los hechos, según la normativa interna disciplinaria de la Ertzaintza, son "motivo de falta grave y posible expulsión".
Así, "queda apartado de momento hasta que haya una instrucción judicial con su correspondiente juicio y su correspondiente eventual condena", ha añadido el consejero de Seguridad, Bingen Zupiria.
En una entrevista a la cadena SER, Zupiria apunta a que, pese a que el agente es, a efectos legales una mujer, la Policía vasca se inclina por considerar que ha habido un delito de violencia de género y así lo transmitirá a la Fiscalía y al Juzgado, que serán quienes finalmente deban decidir sobre el hecho delictivo que se le imputa.
El consejero ha hecho hincapié en la "gravedad" del delito y ha señalado que "sea un caso de violencia de género o sea un caso de violencia familiar, de lo que no hay duda es de que estamos ante un hecho gravísimo. Estamos ante el hecho de que un agente o una agente ha amenazado a una persona que convivía con ella y ha puesto en una situación muy delicada, además a las dos hijas que tiene", ha señalado, en alusión al hecho de que estas estuvieran presentes e incluso amenazara con herirlas.
Por su parte, la Fiscalía de Guipúzcoa ha mostrado su intención de que este caso sea asumido por el Juzgado sobre la Mujer. La sospecha de que la inscripción de este agente de la Policía Vasca en el Registro como mujer sea solo una estrategia para evitar que se le procese por violencia machista ha llevado al Ministerio Público a mover ficha: al parecer, las amenazas comenzaron antes de que este hombre cambiara su condición, lo que abriría la puerta a que fuera juzgado por violencia de género.
Con la nueva ley trans, que reconoce la voluntad de la persona como único requisito para cambiar de sexo en el registro a partir de los 16 años, hay agresores machistas que aprovechan una laguna jurídica para eludir una condena por violencia de género. Determinar si existe fraude de ley no parece sencillo, si bien el hecho de que no haya cambiado su nombre ni su apariencia física en todo este tiempo resulta sospechosa.
Por el momento, a este individuo, que fue detenido por un presunto delito de intento de homicidio, finalmente se le ha imputado por un delito de amenazas graves con la agravante de parentesco, se le ha impuesto una orden de alejamiento y se ha entregado la guardia y custodia de sus hijas a la madre.
Los hechos tuvieron lugar el pasado sábado de madrugada cuando la pareja discutió en el domicilio familiar, en un momento determinado el hombre cogió un cuchillo y se dirigió hacia su mujer, que logró escapar y alertar a una patrulla de la Ertzaintza. La sorpresa llegó horas más tarde, cuando se supo que hace meses el detenido había cambiado su sexo en el Registro y a efectos legales, era una mujer.
Esa circunstancia daba un vuelco al caso, porque al tratarse de un enfrentamiento entre dos mujeres, no podría ser tratado como un caso de violencia machista sino, en todo caso, de violencia doméstica.
La Fiscalía sostiene, sin embargo, que las amenazas a su mujer se remontan a antes de que se produjese el cambio de sexo en el Registro Civil y que, por tanto, el cambio de condición no debería condicionar que se le juzgue por violencia machista, de modo que la pena a la que se enfrente sea más alta y que la víctima, su esposa, tenga una mayor protección.
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