Dos españoles crean una app para chatear con pasajeros del mismo avión: "Al aterrizar el chat desaparece para siempre"
Funciona con el dispositivo en modo avión y pretende entablar relaciones de amistad, negocios o amor
La app por motivos de seguridad no desvela ni fotos ni asiento exacto de los usuarios
El chat "desaparece para siempre" una vez que el avión aterriza
Aparentemente, el vuelo que la semana pasada cubría la ruta Málaga-Londres era uno de tantos que surcan los cielos, sin embargo, entre el pasaje se produjo algo inédito. 21 personas que embarcaron en aquel avión se habían abierto un perfil en la aplicación Wingle y durante el tiempo que tardaron en llegar a su destino estuvieron chateando y conociéndose.
“No es una aplicación exclusiva de citas”, advierte Iñigo Merino CEO de Wingle, sino que es “una especie de red social que te permite conocer a gente durante el vuelo”. A través de esta aplicación creada por el propio Merino junto a Pol Quintana se pueden establecer relaciones de amistad, de negocios y por qué no también romances.
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Con el dispositivo en modo avión, solo hay que mantener activado el bluetooth y el wifi para que, una vez creado el perfil, el pasajero en cuestión pueda hacer uso de Wingle. En el mes exacto que lleva la app en funcionamiento ha logrado ya más de 6.000 usuarios, la mayoría entre 18 y 30 años, en más de 600 vuelos a nivel europeo, aunque sus creadores no descartan expandirse una vez que se afiance el uso de Wingle por el viejo continente.
"Devolver la magia a volar"
Por ahora, las líneas Londres-Barcelona, algunos vuelos a Italia o las Islas Baleares son las que han logrado que mayor número de pasajeros chateen durante el trayecto. “Es la primera aplicación para conectar, conocer y chatear, sin necesidad de estar conectado a internet, con gente que vuela contigo en el mismo avión”, apunta el vasco Iñigo Merino.
Tanto a él como a Pol les ha tocado viajar mucho por cuestiones profesionales, las largas horas “perdidas” durante los vuelos les llevó a idear una aplicación a la que han tardado un año y medio en dar forma y que lanzaron el pasado mes de julio. “Queremos devolver la magia a volar”, explica Pol que recuerda que muchas veces el viaje en avión es el “peor momento” de las vacaciones o del viaje de negocios, ya que “volamos mucho, barato, pero también cada vez más incómodos”, con retrasos, poco espacio entre los asientos y teniendo que pagar por cualquier cosa, obra y gracia de los vuelos ‘low cost’. Ahí aparece Wingle.
En el avión puede haber unos 180 pasajeros por vuelo, “¿Por qué limitarnos a tener que conocer al que se sienta a nuestra izquierda o nuestra derecha?”, se pregunta Iñigo que imagina la posibilidad de que alguien “superinteresante” se siente diez filas más adelante. “No es un bar, no puedes levantarte y ponerte a hablar en el pasillo”, añade.
En las pocas semanas que lleva la aplicación funcionando ya han implementado alguna novedad cómo la posibilidad de conocer a otros viajeros también durante las esperas en los aeropuertos, aunque en este caso sí se conocen en persona y no a través de un chat.
Los usuarios que se han descargado la aplicación creada por estos dos amigos han debido crearse un perfil indicando su nombre, edad y añadiendo si es una persona creativa, sociable, etc. Después deben hacer check-in en el vuelo que van a tomar y el asiento que ocupan.
Una vez que la aeronave despega, se ilumina el chat con una ilustración del avión con los asientos y “ya puedes empezar a hacer clic y chatear con los pasajeros que van en ellos”, añade. Eso sí, Iñigo advierte de que el mapa del avión es solo una ilustración y que “por motivos de seguridad” los asientos exactos en los que van las personas con las que hablas no se desvelan.
Al aterrizar, desaparece para siempre
Ni la posición exacta, ni nada de fotos. Al menos, hasta que las dos personas que están hablando aceptan. Además, al aterrizar, el chat “desaparece para siempre”. Por eso, es importante que los usuarios se intercambien si lo desea sus teléfonos o redes, porque una vez que el vuelo acaba, ya no hay forma de volver a comunicarse.
Algo así le pasó a un chico americano que viajando por Europa, hace un par de semanas conoció a otra persona a través de esta aplicación. Hubo química y como se dice ahora “hicieron match’, pero se bajaron del avión sin ponerse cara y sin intercambiar alguna forma de contacto. “Se puso en contacto con nosotros para decirnos que tiene la sensación de que ha sido su amor frustrado” y añadió que “espera volver a toparse con esa persona en otro avión”.
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