El tramo de la carretera GI-636, entre las localidades guipuzcoanas de Lezo y Errenteria, no aparece oficialmente en ningún listado de puntos negros, pero sus trágicos datos avalan la peligrosidad de este trazado: en ocho meses, seis personas han perdido la vida en algún punto de este tramo de cinco kilómetros. "Llevamos 15 años reivindicando que se haga algo”, protesta Iñigo Ugarte, testigo del atropello y fuga que se produjo este pasado lunes en las inmediaciones de Gaintxurizketa, en Lezo.

Eran las diez y cuarto de la mañana de este lunes 5 de agosto, cuando una furgoneta que circulaba por la GI-636 hacia Errenteria arrolló a una mujer de 60 años que perdió la vida como consecuencia del impacto. El conductor que se dio a la fuga fue posteriormente detenido. Esta mujer ha sido la última en sumarse a una macabra lista que suma ya seis víctimas mortales en los últimos ocho meses en esta vía guipuzcoana, la anterior fue un motorista de 61 años el pasado mes de mayo.

En las inmediaciones, hay casas y hasta un apeadero de tren, pero no existe ninguna señal que limite la velocidad en un tramo en el que no es raro encontrarse con personas a pie y que, además, no cuentan con un arcén o una acera para poder transitar con cierta seguridad. "¡Qué les cuesta poner un puente o un semáforo de botón, es una vergüenza!", lamenta este vecino.

El atropello mortal de esta misma semana se suma al de otra mujer que murió en enero de 2023, también atropellada en este fatídico tramo. El miedo hace que muchos traten de evitar pasar por esta zona "que lleva así toda la vida": "No sé cuánta gente más tiene que morir para que hagan algo", clama Ugarte.

Sin embargo, el riesgo de esta carretera, entre el túnel de Altamira y la cima de Gaintxurizketa, no se limita a los peatones, ya que, tal y como recoge El Diario Vasco, desde diciembre pasado hasta la fecha, se han producido varios accidentes mortales. Si 2023 arrancó con el atropello mortal de la mujer anteriormente citada, el año terminó con el fallecimiento de otras tres personas en esta misma carretera. Dos jóvenes perdieron la vida al ser embestidos de frente por otro vehículo y 15 días más tarde, el conductor de un coche murió al chocar contra un camión.

Con el nuevo año, la GI-636 se cobró una nueva víctima mortal en una colisión entre dos vehículos y tras tres meses sin tener que lamentar nuevos incidentes, el pasado mes de mayo un motorista de 61 años moría tras chocar contra una furgoneta.

Los vecinos, "hartos" de reclamar medidas para reducir la siniestralidad en esta vía que no terminan de llegar, han colocado pancartas con lazos negros en la carretera entre Lezo y Errenteria para recordar a las víctimas y advertir a los usuarios de su peligrosidad.

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