Una diadema analiza el dolor de 40 ancianos con demencia severa de una residencia de Vitoria-Gasteiz para así mejorar su detección. La diadema mide las señales de encefalografía (EEG), es decir, la actividad cerebral eléctrica cuando se produce un estímulo doloroso. La residencia Lakua de la capital alavesa ha acogido esta prueba piloto para medir cual es el grado de dolor que tienen sus usuarios.
Las mediciones del dolor se han realizado por parte del personal sanitario del centro en tres momentos clave: cuando las personas usuarias están tranquilas, en una extracción de sangre que se supone que el dolor aumenta y durante su higiene diaria.
La consultora tecnológica Deusto - Seidor ha puesto en marcha estas diademas que se colocan en los usuarios y mediante inteligencia artificial detectan el grado de dolor de estas personas.
Su gestor de innovación, Eric Rodríguez, ha explicado que a través de estas punteras diademas recogen datos que les llegan a ellos de forma anónima. “En la consultora entrenamos diferentes modelos de inteligencia artificial para después interpretar. Tenemos una muestra de 40 pacientes que nos dan unos datos de medición del dolor de entre un 85% y un 88%, por lo que son unos resultados esperanzadores”, resalta Rodriguez.
La consultora tecnológica ha colaborado estrechamente con el Instituto de Bienestar Social de la Diputación de Álava. El director de gestión y evaluación de políticas sociales de la Diputación de Álava, Iñaki Artaza, ha asegurado que estas diademas abren una línea de investigación que de funcionar podrían utilizarse en otro tipo de personas como por ejemplo personas con discapacidad intelectual. “Lo que queremos es mejorar la calidad de los ciudadanos”, ha asegurado.
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