Los termómetros y la baldosa de Bilbao se 'derriten' a la espera de un calor que no termina de llegar

  • A 1 de julio el verano se resiste a hacer acto de presencia en Euskadi

  • El objetivo es paliar las consecuencias que el calor extremo puede ocasionar en la salud de los bilbaínos y visitantes

  • Se han establecido 131 refugios climáticos, 65 de ellos interiores y 66 exteriores

Varios de los termómetros ubicados en las calles de Bilbao han comenzado a ‘deshacerse’, lo mismo que la mítica baldosa de la capital vizcaína que se ‘derrite’ fruto del calor de este mes de julio. Así debería empezar este artículo sobre la red de refugios climáticos puesta en marcha por el Ayuntamiento bilbaíno y su campaña de termómetros y baldosas que sucumben a una hipotética ola de calor.

Pero lo cierto es que recién estrenado el mes de julio, el verano se resiste a empezar en Euskadi, lo que ya ha servido de argumento para bromas que circulan por las redes y lo que a algunos les está llevando a desesperar.

“No hemos tenido ningún día de verano, ya va siendo hora de sol” o “a estas alturas apenas hemos tenido tres días de playa”, se quejan algunos. Si bien la mayoría lleva con resignación amanecer un nuevo día con cielos grises, temperaturas frescas y lluvia: “Esto es Bilbao, es lo que hay”.

Pese a las reticencias del verano por hacer acto de presencia, el Consistorio de Bilbao haciendo caso a los estudios científicos que apuntan a que “el número, intensidad y duración de las olas de calor en los meses verano se incrementará en los próximos años”, como consecuencia del cambio climático, ha decidido hacer caso al ‘más vale prevenir que lamentar’ y ha establecido una red de refugios climáticos, compuesta por 131 espacios o edificios de los que la ciudadanía puede hacer uso para sobrellevar las consecuencias del calor extremo.

131 refugios en Bilbao

El objetivo es paliar los efectos negativos del calor extremos en la salud de la población, sobre todo de los más vulnerables. En total, se trata de 131 espacios, 65 de ellos interiores y 66 exteriores, distribuidos a lo largo de toda la ciudad y que están debidamente identificados. Además, se ha editado un folleto informativo con un mapa para poder encontrar los refugios.

Los refugios climáticos interiores son bibliotecas, centros cívicos, equipamientos deportivos, estaciones de transporte, museos, salas de exposiciones y centros comerciales, entre otros. Se trata de edificios por lo general refrigerados que disponen de agua y zonas de estancia en las que refrescarse y restaurarse de la fatiga provocada por las altas temperaturas.

Los refugios climáticos exteriores son zonas verdes de la ciudad que, por su cantidad de vegetación y sombra, mejoran la sensación térmica de las personas, constituyendo una protección natural en los días de calor. Además, las fuentes y espacios con agua de la villa también pueden ser un buen aliado contra el calor para refrescarse e hidratarse.

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