El joven con daño cerebral grave, tras una caída jugando a fútbol, se recupera: "La semana pasada me llamó por mi nombre"

  • El 8 de diciembre de 2022, Erik se cayó y se golpeó la cabeza contra un bordillo

  • A sus 17 años lleva dos meses de rehabilitación en una clínica catalana

  • La asociación 'Todos Con Erik Villarroel' ha recaudado fondos para costear al seis meses de tratamiento

Hace un año y medio la vida le cambió a Erik Villarroel para siempre. Este chaval, que a sus 15 años jugaba en el juvenil del Sporting de Lutxana, se resbaló una tarde de diciembre mientras disputaba una pachanga con sus amigos. En la caída se golpeó la cabeza con un bordillo y eso le provocó importantes daños cerebrales.

Pasó cinco meses en coma y despertó en mayo de 2023, después estuvo hospitalizado en Gorliz (Vizcaya) hasta que el pasado 24 de abril, Erik ingresó en la clínica Guzmán de Barcelona para afrontar un proceso de rehabilitación que le ha llevado, en menos de dos meses, a realizar importantes avances.

Su tío Rober se emociona al recordar como la semana pasada, cuando viajó a Cataluña, para ver a su sobrino, este le llamó por su nombre: “Dijo, tío Rober”. Esas palabras bastaron para hacer brotar las lágrimas a su pareja Marisol y para que al tío le tiemble la voz al recordarlo, aunque “en el momento, me hice el fuerte”.

Comunicarse y comer

Erik empieza a comunicarse y en la clínica intentan que coma por sí solo, aunque “sabemos que no va a ser el mismo de antes”. Para lograr esos dos retos, este chaval de 17 años está “trabajando mucho y muy bien”, asegura orgulloso Rober. La recuperación en la clínica catalana avanza, pese a que no está siendo un camino de rosas. Primero, el ingreso de su padre por una neumonía le obligó a estar un mes lejos de Erik y eso “mi sobrino lo sintió mucho, estaba triste y afectó a su recuperación” y, más tarde, un contratiempo cuando “comenzaron a alimentarle por la boca y se le pasaba al pulmón”, recuerda su tío.

Rubén y Cristina, son testigos de los esfuerzos de su hijo por recuperarse y de los pequeños grandes pasos que da cada día en esa dirección. Uno de los últimos, coincidiendo con la visita de su tío a Barcelona, fue poder salir a la calle por primera vez, “lo llevamos a la playa y se comió un helado”, cuenta Rober con una sonrisa al recordar la felicidad de Erik.

El coste de la recuperación de Erik en Cataluña es elevado, "en torno a 20.000 euros al mes", explica Jon Arana, secretario de la asociación 'Todos con Erik Villarroel'. La familia se muestra agradecida porque Osakidetza está asumiendo el coste, pero sabe que en la segunda fase del proceso que sigue Erik “pasará a un régimen tutelado y el coste lo tendremos que asumir nosotros".

Precisamente la asociación ‘Todos con Erik Villarroel’ nació para cubrir los gastos del traslado de Erik a Barcelona, el alojamiento de la familia allí y los tratamientos médicos alternativos. "Con el colchón que hemos conseguido, gracias a la solidaridad de los clubes de fútbol de Vizcaya y de toda la sociedad, podremos costear al menos seis meses de tratamiento cuando Erik pase al centro de día y ya no lo cubra la Seguridad Social", puntualiza Jon Arana.

La idea de la asociación es volver en otoño o invierno a organizar nuevas rifas, eventos deportivos y diversas campañas para que nadie olvide a Erik que a más de 600 kilómetros de su casa golea a diario, con cada pequeño avance que da, al daño cerebral grave que le provocó una caída.

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