Quienes esta mañana hayan entrado con sus coches a Bilbao y hayan pretendido entrar en los barrios de Abando e Indautxu se habrán topado con nuevas señales verticales y pintadas sobre la calzada, avisando de que accedían a una Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Hacerlo, por ahora, no conllevará una sanción para aquellos que osen cruzar los límites de las calles con restricciones, eso sí, recibirán una carta de aviso. A partir de septiembre, las infracciones se castigarán con 200 euros de multa. Tres meses para informar sobre las nuevas restricciones que han generado un aluvión de dudas y consultas al Ayuntamiento bilbaíno.
Bilbao se convierte así en la primera ciudad vasca en poner en marcha su ZBE y, por tanto, en restringir el acceso, circulación y estacionamiento de vehículos, tal y como establece la Ley de Cambio Climático y Transición Energética a todos los municipios españoles mayores de 50.000 habitantes.
El objetivo es reducir la contaminación del aire, también la acústica, y contener la emisión de gases que provocan el cambio climático. En concreto, se pretende reducir a la mitad los 55.000 vehículos que circulan a diario por los barrios de Abando e Indautxu.
Desde mediados de junio y hasta esa fecha, los coches sin etiqueta ambiental de la DGT tendrán prohibida la entrada a la Zona de Bajas Emisiones, pero las cámaras de identificación de matrículas estarán desactivadas y, aunque la ZBE funcionará, impidiendo el paso entre las ocho de la mañana y las siete de la tarde a los vehículos de gasolina anteriores a 2001 y los diésel anteriores a 2006, no habrá multas. Eso sí, los que incumplan recibirán una carta informándoles de que su acceso está prohibido a esa zona y advirtiéndoles de que ese incumplimiento a partir del 15 de septiembre estará castigado con 200 euros de multa.
Desde que el pasado mes de mayo se anunció que este mes de junio entraría en vigor las restricciones a los coches más contaminantes en la capital vizcaína, se han recibido unas 3.000 consultas, tanto en línea telefónica como de forma presencial en la oficina de información habilitada, para preguntar sobre su casuística personal o cómo deben actuar.
“Tengo un coche muy viejo que casi no utilizo y estoy preguntando si merece la pena comprarme otro”, se preguntaba una bilbaína esta misma mañana a las puertas de la oficina. Otro ciudadano reclamaba más excepciones, porque, en su caso, tendrá que coger dos autobuses y tardar 45 minutos para poder llevar a su hijo a la escuela, ya que “estoy divorciado y tengo la custodia compartida y mi hijo cuando está con su madre vive en la zona restringida”.
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