Kimetz López de Etxezarreta ha sacado la mejor nota en la EBAU de Euskadi. A sus 18 años, este estudiante de Durango ha logrado un 9,94 sobre 10 en la fase general y un 13,7 en total.
La noticia le pilló a Kimetz haciendo un examen. Al salir, una amiga le avisó de que su padre estaba intentando localizarlo, sin éxito, por algo urgente y a este chaval de 18 años se le encendieron todas las alertas, “pensaba que había pasado algo malo”, admite. Por eso, al enterarse de que la noticia urgente era que había sacado la mejor nota en Selectividad de Euskadi, “sentí escalofríos, no me lo esperaba”.
Kimetz terminó la prueba de acceso a la universidad con la sensación de haberlo hecho “peor”, seguramente consecuencia de su carácter “autocrítico” que le lleva, como el mismo dice, a querer siempre “dar mi mejor versión”. Y vaya, si la dio, sacó cuatro 'dieces', en Euskera, Filosofía, Inglés y Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales y rozó la máxima puntuación en Lengua Castellana y Literatura, con un 9,7. Además, obtuvo un 13,7 sobre 14 en la fase específica.
En su casa, la noticia del resultado de Selectividad fue recibida, entre lágrimas de felicidad, por su aita; su ama, orgullosísima, lo compartió “con todos sus compañeros de trabajo”; y sus dos hermanos pequeños, Danel y Kattalin, “me dieron un pedazo de abrazo”.
Y, ¿ahora qué? Pues Kimetz está “indeciso” y aún no tiene claro qué carrera va a cursar, aunque descolgándose de la mayoría de estudiantes de diez que suelen optar por la rama de ciencias, él sabe desde la ESO que “iba a hacer letras sociales”: Marketing, Publicidad, Economía o Periodismo, son algunos de los campos que tientan a este vizcaíno.
Sus notazas en Selectividad son el colofón a una trayectoria brillante que arrancó en el colegio Nevers Ikastetxea y que continuó en el instituto Fray Juan de Zumarraga. Allí llegó un Kimetz “vergonzosillo” y algo abrumado ante tanta gente y sin saber cómo ni por qué, “comencé a soltarme” y socializar mucho más. De hecho, sus espectaculares calificaciones no son fruto de una vida de asceta y, aunque Kimetz reconoce que ha dedicado tiempo y esfuerzo a prepararse, “no me he quitado de salir un sábado de fiesta por estudiar”.
A lo largo de su escolarización ha oído en más de una ocasión la palabra “empollón”, pero asegura que no se siente identificado con ella, porque “soy incapaz de estar tres horas seguidas estudiando”, en lugar de eso, este estudiante valora el aprendizaje adquirido en el aula y piropea a sus profesores con un tajante, “todos han sido maravillosos”, y aunque, “Historia de España este año se me ha hecho cuesta arriba”, admite que Lengua Castellana y Literatura, Filosofía y Economía “por la profesora” han estado en su top 10.
Kimetz ha compaginado sus estudios con sacarse el grado medio de conservatorio, dar clases particulares como profesor y ejercer de entrenador de baloncesto: “No paro” y confiesa “es que si tengo tiempo libre tiendo a procrastinar, así que prefiero tener la mente entrenada”.
Ahora, mientras decide qué hará con su vida a partir de ahora, Kimetz prepara la maleta para hacer un par de viajes con sus amigos, esos a los que no ha descuidado para lograr ser el mejor estudiante vasco, porque “valoro mucho la vida social”. Después las fiestas de los pueblos durante el verano y un poco de “improvisación”.
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