La noche había caído, el pasado jueves, sobre la costa guipuzcoana de Getaria, cuando los tripulantes de un atunero, que estaba a la altura de la punta del monte San Antón, escucharon unos gritos que llegaban desde el agua.
La oscuridad impedía ver de donde provenía la voz, así que encendieron las luces del barco y ‘voilà’, ahí, en mitad del mar, apareció un hombre de mediana edad, desnudo sobre una tabla de 'skimboard', esas tablas de madera fina que sirven para deslizarse por la orilla.
Los aguerridos pescadores del atunero, curtidos en mil batallas, no daban crédito ante el inesperado náufrago que les pedía auxilio.
Le ayudaron a subir a bordo y le arroparon con una manta, además de ofrecerle un café con leche calentito para que entrara en calor, aunque no presentaba signos de hipotermia. De hecho, no quiso recibir atención médica, a pesar de que los pescadores le aconsejaron que le viera un médico.
Una vez a bordo, el hombre contó a los hombres del ‘Mater Bi’ que era natural de Ciudad Real y que había dejado aparcada su caravana en la Playa de Gaztetape, al oeste del monte San Antón. Su intención era acercarse desde ese arenal hasta el Ratón de Getaria, cuando se vio arrastrado por la fuerte corriente hacia dentro.
Sus rescatadores le llevaron, sano y salvo, hasta la playa de Gaztetape y allí se despidieron de él, con la satisfacción de haber podido ayudar a una persona en serios apuros y aún sorprendidos. De hecho, el patrón del atunero, en declaraciones al Diario Vasco, aseguraba que nunca había visto, en toda su trayectoria en el mar, nada igual y que nunca habían participado en un rescate, y menos en uno como el del pasado jueves por la noche.
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